Pablo Iglesias agita en el 'cinturón rojo' la bandera del patriotismo social ante el 27-S

Imagen del mitin de Catalunya Sí que es Pot anoche en Cornellà en el que participó el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el candidato, Lluís Rabell, entre otros.

Imagen del mitin de Catalunya Sí que es Pot anoche en Cornellà en el que participó el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el candidato, Lluís Rabell, entre otros.

JOSE RICO / CORNELLÀ

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Catalunya Sí que es Pot se ha cuidado mucho en esta campaña tan polarizada de hacer ostentación de banderas. De hecho, el candidato Lluís Rabell y su telonero de excepción en la mayoría de mítines, el líder de PodemosPablo Iglesias, descargan a diario andanadas contra quienes, desde un extremo o el otro, se envuelven en la 'estelada' o en la 'rojigualda'. Este miércoles el guion cambió levemente. Ambos hablaron mucho de una bandera y de una patria, aquellas con las que la izquierda alternativa aspira a colarse entre Junts pel Sí y Ciutadans, las dos fuerzas a las que las encuestas conceden las medallas de oro y plata en las urnas. Una bandera, la del patriotismo social, que agitaron con más energía que nunca en Cornellà, uno de esos bastiones metropolitanos donde anidan gran parte de los votantes aletargados que necesitan activar.

Tras confesar hace pocos días en este diario su "incomodidad" con los 'frames' del debate catalán -"Es como si hiciera campaña en otro país"-, Iglesias reivindicó sin titubeos que Catalunya es una "nación" y que los catalanes deben votar en un referéndum. Y mezclando la campaña del 27-S con la precampaña de las generales de diciembre, ofreció una nueva España en la que "quepan" los catalanes para que "no se quieran ir", y donde las banderas "no estén antes que las escuelas y los hospitales". "¿Se puede cambiar la salud de tus hijos o un futuro con dignidad por una bandera?", fue la primera de una retahíla de envenenadas preguntas dirigidas, sobre todo, a ERC y la CUP.

Iglesias empuñó con fuerza la enseña social para entrar de lleno en el cuerpo a cuerpo con las dos izquierdas contra las que Sí que es Pot ha decidido repartir estopa en este tramo final de la campaña para pescar votos en el caladero más progresista de Junts pel Sí. Se cebó con los republicanos, a los que acusó de ser "subalternos" de Mas. "¿Estáis dispuestos a que se os caiga la cara de vergüenza por facilitar un Govern con un partido que votó la reforma laboral y la amnistía fiscal del PP?". Abundando en el argumento, aseveró que "la soberanía tiene que ver con los derechos, y no con las banderas".

Otra pulla: "¿Vais a ser capaces de investir a un 'president' que no fue capaz de mover un dedo para evitar los desahucios?". De nuevo, la pregunta valía tanto para el partido de Oriol Junqueras como para la CUP, cuyo presidenciable, Antonio Baños, mantiene abierta la puerta a facilitar la reelección de Mas Antonio Bañossi Junts pel Sí necesita sus votos tras el 27-S. Rabell no renuncia, en función de los resultados, a poner a prueba a ambas fuerzas postulándose como candidato alternativo.

PROYECTO INCLUSIVO

Rabell se acordó también de la CUP y del abrazo de David Fernàndez a Mas el mismo día que la número dos de la candidatura anticapitalista, Anna Gabriel, acusó a Sí que es Pot de "traicionar" a la clase trabajadora. "No puede ser que os abracéis un día a Mas y luego digáis que somos nosotros los traidores", replicó el cabeza de lista.

Marcando perfil de nuevo cara a las generales, el líder de Podemos aseguró que ni Mariano Rajoy ni Pedro Sánchez tienen un proyecto de España inclusivo con los independentistas, de la misma manera que Mas carece de un proyecto de Catalunya que aglutine a los no secesionistas. "Nos han dejado solos en la responsabilidad de Estado", remachó antes de admitir que las elecciones del domingo serán un termómetro para medir las posibilidades reales de cambio en España, a tenor del peso del voto catalán en el conjunto del Estado.