CAMINO DE LAS URNAS

Albiol reclama a los empresarios que aleccionen a los trabajadores sobre los "riesgos" de la independencia

El candidato del PPC lamenta que "el Estado ha ido desapareciendo en Catalunya" y aboga por aumentar su "presencia"

Xavier García Albiol se dirige al Círculo Ecuestre de Barcelona, ayer.

Xavier García Albiol se dirige al Círculo Ecuestre de Barcelona, ayer.

RAFA JULVE / BARCELONA

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Es lo que tiene apostar por lo políticamente incorrecto para captar votos. Poco faltó este jueves para que Xavier García Albiol escribiera un guion propio de la España berlanguiana; aquella en la que el cacique del pueblo reparte a sus lacayos papeletas de un partido determinado (el suyo, claro) para que no erren el tiro. Le salvó que inició el comentario admitiendo «la libertad ideológica de cada uno», pero rozó el larguero al continuar con que «los empresarios deberían trasladar a los trabajadores una reflexión sobre las consecuencias de la independencia».

Jugaba en casa el candidato del PPC. Más concretamente, en el elitista Círculo Ecuestre, cuyo máximo dirigente, Borja García Nieto, tuvo que corregir entre risas su lapsus de presentar al aspirante popular como «presidente». A partir de ahí, ante unas 70 personas, Albiol aprovechó que la inmensa mayoría (por no decir todos) eran ciudadanos de cuello blanco y corazón rojigualdo para insistir en los «riesgos» de una hipotética separación. Como cabía esperar, repasó las advertencias contra la secesión de los «máximos dirigentes mundiales», incluida la última del portavoz de la Comisión EuropeaMargaritis Schinas, que le vino de perlas para generar gestos de asentimiento en el auditorio y lanzarle un nuevo aldabonazo a Artur Mas y a su candidatura de Junts pel Sí. «Hacer como quien oye llover cuando les dicen que una Catalunya independiente saldría de la UE -con la consiguiente pérdida de competitividad y de puestos de trabajo- es una estafa a los catalanes», espetó.

Lo que tal vez no esperaba el dirigente popular es que alguien le superara por la derecha. En el turno de preguntas, el expresidente de la ONCE Miguel Durán acusó al Gobierno de Mariano Rajoy de haber tenido una actitud «naíf, ingenua e inocente» con los soberanistas en lugar de aplicar la máxima «'al amigo, la mano, al enemigo con la mano y al independiente con la ley vigente'». No mencionó ni los tanques ni la suspensión de la autonomía,pero sí habló de «una acción fáctica que sea contundente».

LOS PARTIDOS DE 'LA ROJA'

Algo descolocado, Albiol admitió «cierto cabreo» en las filas populares (especialmente tras la celebración de la consulta alternativa del 9-N). Entonces trató de excusar al Ejecutivo central defendiendo que se le ha amontonado el trabajo salvando a España de la bancarrota, aunque después lamentó que «el Estado ha ido desapareciendo en Catalunya hasta ser transparente»· en algunos casos. «Estoy dispuesto a solucionar esa anomalía», agregó, y planteó aumentar la presencia de los símbolos españoles con la apertura de más oficinas del Gobierno central y con la celebración de más partidos de 'la Roja' a este lado del Ebro.

El candidato no dio más detalles, pero intentó calmar la inquietud de parte de los presentes asegurándoles que Rajoy tiene claro cómo actuar para impedir la independencia. También la UE, «que no está para aventuras de ruptura» y no permitirá «que nadie ponga en riesgo su integridad», aseveró,

Ahora bien, aparte de prometer estabilidad, bajadas de impuestos, una nueva financiación autonómica y una mejora de los créditos a los empresarios, el dirigente popular también les mandó deberes. «Ha llegado el momento de que cada uno asuma su responsabilidad», les advirtió. Es la hora de superar el «miedo» a que el Govern les señale y hablar a los trabajadores de lo que supondría la secesión. Alto, políticamente incorrecto y claro.