tercera jornada de la campaña
El ensayo general
En pocas campañas como esta -descontando las de elecciones generales-, los líderes estatales de los partidos se habrán paseado tanto por Catalunya. Pasear es una manera metafórica de hablar, porque en realidad lo que hacen es encerrarse en mítines rodeados de los suyos, cada vez en espacios más pequeños para que sean más fáciles de llenar. Pedro Sánchez se ha pasado el fin de semana en Catalunya. Mariano Rajoy debutó este domingo en Lleida, pero tiene previsto volver en otras cuatro ocasiones. Y Pablo Iglesias, que estuvo en Barcelona, prácticamente dedicará la semana a ir de acto en acto.
Los tres coinciden a la hora de intentar despertar al votante desmovilizado o indeciso. Hay que tener en cuenta que según el sondeo del CIS, un 26% de los electores aún no tienen decidido el sentido del voto. La participación será más clave que nunca y según los expertos demoscópicos, a mayor participación más posibilidades de que mejoren sus resultados las fuerzas contrarias al secesionismo. De ahí, por ejemplo, la advertencia que hace el presidente de Ciutadans, Albert Rivera, en la entrevista que pública hoy este diario en la que señala que «la abstención es la gran aliada de Mas y la independencia» (ver página 4).
Las formas y el fondo
Como era previsible, Rajoy no ofreció demasiada novedad en su mensaje. Lo más llamativo fue el claro intento de rebajar el discurso crispante que han protagonizado en estos últimos tiempos varios dirigentes del PP. José Maria Aznar fue un gran fabricante de independentistas y tal vez los estrategas populares se han dado cuenta de que elevar demasiado el tono puede acabar favoreciendo a las fuerzas secesionistas. Eso sí, no aportó alternativa alguna a su rechazo a cualquier negociación que incluya la posibilidad de una independencia de Catalunya. Retirada de la agenda (al menos de la pública) una reforma de la Constitución, la estrategia de los populares para el 27-S no puede desvincularse de la de las generales de diciembre. Porque una cosa es intentar rebajar la acritud -teniendo en cuenta que el candidato, Xavier García Albiol, no deja indiferente- y otra cosa es que pueda parecer que en algún momento se hace una concesión a las peticiones que personifican en Artur Mas. De ahí, seguramente, que el cambio en la Carta Magna no vaya ni a mentarse en el programa electoral. O al menos esa es la intención a fecha de hoy. Lo que está por ver es si el resultado del día 27 les obligará a modificar en algo su hoja de ruta.
Algo más flexible -aunque limitándose a la posibilidad de reformar la Constitución-, el secretario general del PSOE está aprovechando la campaña catalana para afianzarse como líder del partido y fogueándose también cara a las generales. Él mismo lo reconoce explícitamente: «Digamos adiós al hijo político de Pujol el 27 de septiembre y digamos adiós el 20 de diciembre al amigo de Bárcenas». Además, mitin tras mitin, no para de repetir que hay que decir adiós a la España de Rajoy. En sus intervenciones aprovecha para desgranar promesas cara a las generales. Desde derogar la ley mordaza a reformar la ley del aborto o la Lomce. «Hay que votar como si fuesen unas elecciones generales, porque no habrá cambio político en España si no hay cambio político en Catalunya». Más claro, imposible.
Otra polémica intervención
Por su parte, Iglesias e Iñigo Errejón intentarán posicionar a Catalunya Sí que es Pot en el segundo puesto al que aspiraban y que las encuestas no les garantizan porque, de momento, Ciutadans va por delante. Iglesias, en un acto en el Carmel, volvió a rozar el larguero puesto que no se refirió al origen de los votantes pero afirmó que existen «dos Catalunyas» y que una, la del «extrarradio», es más «auténtica». El voto metropolitano, ese tan codiciado por todos, será decisivo, aunque el líder de Podemos no se está caracterizando por tener unas intervenciones especialmente conciliadoras.
El candidato de la CUP, Antonio Baños, le replicó en Twitter: «Pablo, menos Ana Rosa [en referencia al programa de Tele 5] y más patearse el área metropolitana. Que el paracaidismo étnico no mola». Y firma: «Baños. De barrio, abuelos murcianos e indepe».
Las redes sociales están teniendo un especial protagonismo en esta campaña. Así, si el sábado el coordinador general de CDC, Josep Rull, intentó apropiarse del éxito de la manifestación de la Diada, el dirigente convergente recurrió otra vez a la red pero para rectificar. «Si el tuit de ayer [por el sábado] con la foto de la Diada ha podido incomodar, lo borro y pido excusas». Rull afirmó que la Via Lliure «evidentemente, no es de ningún partido». «No tiene sentido que ahora iniciemos una polémica entre los soberanistas», añadió, después de que la CUP, que también participó en la manifestación, afeara a Junts pel Sí su estrategia.
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