La economía es política

«La economía es política, no una cosa de expertos», afirma Jordi Garcia, uno de los miembros de la Plataforma por una Fiscalidad Justa, Ambiental y Solidaria. Estamos en la sede de Cristianisme i Justícia, donde están a punto de iniciar una reunión, presidida por la satisfacción de haber congregado a más de 200 personas en unas jornadas de debate. En la sala, la foto de una madre dando de comer a un niño con una cuchara. De una pared cuelga un crucifijo de madera.

La plataforma nació en el 2010 protestando por la supresión del impuesto de sucesiones. Sindicatos, asociaciones vecinales y oenegés promovieron la constitución de un grupo de trabajo sobre impuestos. Miran a la política institucional con recelo. «CiU no nos quiso recibir en el debate sobre sucesiones», recuerda uno de los veteranos de la plataforma. «Veo un cambio en la manera de actuar, de autoorganizarnos, desconfiando de los partidos. Les hemos de poner presión y creo que cada vez la notarán más», opina Jordi. Insiste en esta idea otro de los reunidos: «Lo que tiene más impacto es movilizar a la gente, porque respecto a los partidos estamos llegando a la misma conclusión a  que todo el mundo llega». ¿Cual es? «Que no responden».

Xavi Casanovas, uno de los portavoces, toca con los pies en el suelo. Asume que la plataforma tiene todavía una modesta capacidad de movilización pero que de un tiempo a esta parte «existe un cambio de actitud de la ciudadanía, que ha mirado a la fiscalidad como un debate político, y esta mirada es generadora de esperanza». La plataforma denuncia las trampas de reformas fiscales como la del Gobierno del PP y combate tesis como la de que una subida de tasas provoca fuga de capitales.

Jordi Garcia se queja enérgicamente de la falta de análisis crítico en los medios de comunicación respecto a si se pagan excesivos impuestos. Y lamenta que determinados economistas ejerzan como gurús aparentemente neutros. «Ante las reformas fiscales, el lobi empresarial en seguida dice lo que nos conviene a todos, que en realidad es lo que quieren ellos. La ciudadanía no ha sido capaz de ser un contrapoder», añade Casanovas.

También se proponen ejercer presión sobre multinacionales que practican la elusión fiscal y solo pagan un 1% de impuestos. «No tenemos como interlocutores a los grandes poderes financieros», se lamenta Casanovas, quien admite que frente a ello el consumo responsable todavía es escaso.

¿Existe todavía una cultura que aplaude no pagar impuestos? Ver que los ricos no pagan no anima a cumplir, afirman, pero recuerdan que el grueso del fraude es de las grandes empresas. «La solución no es que dejemos de pagar impuestos sino conseguir que los grandes empresas y fortunas los paguen», afirma Jordi.

La carta abierta al piloto Marc Márquez cuando anunció que tributaría en Andorra tuvo un gran eco. Pero ellos quieren más: «Ante un capital que es global, si la movilización ciudadana también fuera global, las cosas irían de otro modo», zanja uno de los veteranos del grupo.

PLATAFORMA de FISCALIDAD JUSTA

6