pleno EXTRAORDINARIO EN EL CONGRESO

CiU se inhibe en la primera votación de la reforma

La federación no pulsó ningún botón como protesta ante el PSOE y el PP

PILAR SANTOS / MARGARITA BATALLAS
MADRID

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El debate parlamentario de la segunda reforma de la Constitución en sus 33 años de vida se inició ayer con una sorpresa para la historia. CiU rompió el guión previsto al final de la sesión plenaria, en el momento de la votación de la toma en consideración del texto, y sus 10 diputados optaron por quedarse en sus escaños, pero sin apretar el botón de los sufragios (a favor, en contra o abstención). Una actitud de protesta nunca vista en este grupo en sus más de tres décadas en las Cortes que se conoce reglamentariamente como «inhibición».

A pesar de gesto para la galería, el primer trámite de la reforma prosperó de manera satisfactoria para el Gobierno: los socialistas y los populares apoyaron la iniciativa junto con Unión del Pueblo Navarro (318 votos); el diputado socialista Antonio Gutiérrez, el PNV, BNG, ERC, IU y UPyD votaron en contra (16), y Coalición Canaria se abstuvo (2). El Congreso volverá a reunirse el viernes para votar las enmiendas que presentarán los grupos entre hoy y mañana y aprobar la reforma en primera vuelta y enviarla al Senado.

La Cámara baja se reunió con carácter extraordinario con el objetivo de decidir si aceptaba tramitar la propuesta presentada por el PSOE y el PP para introducir el control del déficit en la Constitución. Los portavoces de CiU, ERC e IU fueron los únicos que tomaron la palabra en el turno de los grupos que se oponen.

PROCESO CONSTITUYENTE / Uno de los discursos más duros fue el pronunciado por el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, que acusó al PSOE y al PP de «haber roto el proceso constituyente» y haber hecho saltar por los aires el Estado de las autonomías porque, a su juicio, el pacto de estos partidos lamina la capacidad financiera de las comunidades. «Y sin autonomía financiera no hay autonomía política», apostilló.

También abundó en el hecho de que esta modificación se haya llevado a cabo entre el PP y el PSOE, sin el consenso del resto de las fuerzas políticas. «No es de recibo», dijo. Estas acusaciones fueron el aperitivo para lo que vendría después. Los diputados de CiU escenificaron su protesta por su nula presencia en la redacción del acuerdo con su negativa a apretar el botón de la votación, aunque se quedaron sentados en sus escaños. «Si no hemos estado en el consenso, no estamos en la votación. Ellos se lo hacen, se lo guisan y se lo comen», dijo Duran a la salida.

Este plante descolocó al resto de los parlamentarios. Francesc Vallès, coordinador de los diputados y senadores del PSC, consideró «irresponsable» la actuación de Duran por mantener una estrategia «extraparlamentaria». «¿Qué habrá pensado Miquel Roca [padre de la Constitución[?», se preguntó. Según varias fuentes consultadas, ningún partido había usado en bloque este sistema para inhibirse en una votación, ya que, en la mayoría de los casos (sobre todo cuando Herri Batasuna estaba en el Congreso), los diputados optaban por salir del hemiciclo.

VOLVER AL REDIL / Pese a la crítica de Vallés, el PSOE confía en que los convergentes vuelvan al redil y el viernes se abstengan. El vicepresidente segundo, Manuel Chaves, apeló a la «generosidad» de la federación. Antes, los diputados de CiU intentarán colocar algunas de sus posiciones a través de las enmiendas, pero no confían en arrancar nada a PSOE y PP, informa Fidel Masreal.

El Gobierno también espera que el PNV, pese a que ayer votó en contra de la tramitación de la reforma, se abstenga. El portavoz de los nacionalistas, Josu Erkoreka, aseguró en la tribuna que algo empieza a fallar en el sistema democrático «cuando las mayorías optan por aplicar el rodillo y atropellar a las minorías». Erkoreka avanzó que su partido presentará su propia propuesta, vía enmienda, aunque no concretó si pedirá que la Constitución incluya la autodeterminación.

ERC SE IRÁ / Tras el peculiar plante de los convergentes, ERC recordó que ya había dejado caer que el viernes sus diputados se ausentarán de la votación, un gesto que confían en que repitan otras formaciones. Su portavoz, Joan Ridao, aseguró que esta reforma se ha decidido con tanta prisa, para satisfacer las demandas de la derecha europea, que no ha tenido en cuenta a los ciudadanos.

Por su parte, Gaspar Llamazares (IU), que lució una pegatina con la palabra «referendo», llamó a la rebelión a los socialistas, a los que pidió que retiraran la propuesta, y exigió la convocatoria de una consulta popular. La tercera urna también fue reclamada por el BNG, UPD y Nafarroa Bai.

La reforma fue defendida por el portavoz socialista, José Antonio Alonso, y la popular, Soraya Sáenz de Santamaría. Alonso sostuvo que esta modificación «es coherente y contundente» para salvar el Estado de bienestar frente a una situación económica que «puede agravarse en otoño».

NUEVOS CAMBIOS / Sáenz de Santamaría aseguró que «reformar la Constitución es aplicar la Constitución misma». Y reveló que «no es la primera vez, ni probablemente la última que se reformará» sin hacer más precisiones.

Tras el debate, los diputados aprobaron también que esta modificación se realice en lectura única, sin pasar por una ponencia y una comisión. En la sesión faltaron cuatro diputados del PP que justificaron sus ausencias. El único que rompió la disciplina del partido (PSOE) fue el exsecretario general del sindicato Comisiones Obreras, Antonio Gutiérrez, que no descarta firmar la petición de convocatoria de una consulta popular.