El futuro del socialismo catalán

La opinión de los alcaldes

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MANUEL BUSTOS, SABADELL

El presidente

de la Federació de Municipis de Catalunya y alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, es de los más contundentes a la hora de exigir prudencia a los dirigentes del PSC. Pide a «todos y todas» los que tengan la «tentación» de abrir ahora el debate congresual que se esperen porque, asegura, si lo hacen antes de las elecciones se estarán equivocando.

«Seguramente los hay que no tienen otro trabajo, pero no es el momento de abordarlo antes de las municipales», sostiene. Bustos, representante de la generación de los capitanes que dieron el golpe hace 16 años en el congreso de Sitges, repite una y otra vez que lo que necesita el partido es cohesión para ser el «referente» del progresismo en Catalunya. «Lo pasado, pasado está», añade para subrayar que ahora toca afianzar el poder municipal .

También avanza cuál es su posición respecto al futuro del proyecto socialista: «Este es un partido que tiene un nombre y dos apellidos. El nombre es PSC y los apellidos PSC-PSOE. Yo no quiero renunciar a ninguno de los dos».

PERE NAVARRO, TERRASSA

Pere Navarro,

alcalde de Terrassa, es un dirigente prudente pero no duda en reclamar que ganar las elecciones municipales se convierta ahora en la prioridad. Entiende que no es nada fácil mantener el statu quo hasta el congreso, pero argumenta también que el resultado de los comicios de mayo puede condicionar la estrategia que se debe seguir.

Este alcalde tiene claro cómo deberá reconstruirse el PSC. Niega que existan dos almas, la catalanista y la más afín al PSOE, y subraya que el socialismo catalán «aglutina» la pluralidad de la sociedad catalana.

Navarro reconoce que el debate sobre la necesidad de tener un grupo propio en el Congreso de los Diputados, reabierto de nuevo, tiene su importancia. Asume que está cargado de «simbolismo», pero añade que no deja de ser «accesorio» porque lo relevante, subraya, es tener una capacidad real de influencia en Madrid. Y para conseguirlo es básico poder influir en la estrategia del PSOE.

ANTONIO BALMÓN, CORNELLÀ DE LLOBREGAT

El Baix Llobregat se ha entregado por primera vez en unas autonómicas a CiU. La esperanza socialista es que los ciudadanos distinguen entre unos comicios y otros y que, por lo tanto, no se producirá un efecto mimético en las municipales. El PSC tiene 18 alcaldías en esta comarca, entre ellas la de Cornellà. Antonio Balmón, que sucedió a José Montilla en esta ciudad se ha ganado una autoridad en el partido que va más allá de las fronteras del Baix Llobregat.

«No podemos centrarnos solo en el cambio de personas. Se necesitan liderazgos y proyectos fuertes. Debemos hablarlo y analizarlo con calma, pero ahora la gente lo que espera es que respondamos ante las municipales y no que dediquemos a perder más energías en un problema que no se resuelve en un fin de semana», explica.

Balmón subraya también que el PSC debe ser un referente de la izquierda con un proyecto integrador y con un discurso renovado y adaptado a los nuevos tiempos.

JOSEP FÈLIX BALLESTEROS, TARRAGONA

El alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, sorprende por la firmeza que muestra en desmarcarse de aquellos que pretendan empezar en estos momentos la batalla por el relevo de José Montilla. «Si alguien quiere abrir ahora el melón sucesorio u otros debates, a mí me tendrá radicalmente en contra. Y me da igual que lo diga un conseller o un exconseller. Quien lo haga deberá atenerse a las consecuencias. Conmigo que no cuente». Más claro imposible. Ballesteros no está alineado con ninguna familia del partido y consiguió arrebatar a CiU una plaza que históricamente había sido un feudo nacionalista.

Considera además que Montilla ha asumido «íntegramente» la culpa del descalabro de manera «injusta», y recuerda que los alcaldes ya exigieron en la ejecutiva que el debate sobre el futuro del proyecto socialista debía retrasarse hasta superar la prueba de las municipales. Se trata, añade, de asegurarse que ambos procesos salgan bien.

ÀNGEL ROS, LLEIDA

Una de las figuras emergentes del socialismo catalán es el alcalde de Lleida, Àngel Ros. Habla claro y nunca ha escondido su proximidad a los postulados de la llamada ala más catalanista del partido. Pero lo primero es lo primero y coincide con el resto de regidores en que hay que dedicarse a ganar las municipales. «Está en juego el gobierno de los pueblos y ciudades. Nada puede distraernos de la carrera municipal», subraya.

Se muestra comprensivo con Antoni Castells y otros dirigentes que han criticado públicamente a la cúpula actual. El alcalde ilerdense pronostica que todo el mundo está digiriendo la derrota y que el enfrentamiento, al menos públicamente, amainará en las próximas semanas porque el foco se situará en los comicios locales. Ros ya está en ello: «Los ciudadanos deben ser conscientes de que vienen unas municipales y de que Catalunya se construye desde los ayuntamientos. CiU puede tener un modelo de país pero no de ciudades».