ARTÍCULO PUBLICADO EL 21 DE ENERO DE 1996

Tarta y regalos para el 'abuelo'

Marcelino Camacho recibió ayer el calor del sector crítico de CCOO para hacer menos amargo el abandono de la presidencia porque la mayoría oficialista de Antonio Gutiérrez decidió rebajarlo a la categoría de simple militante de base. Camacho cortó un pastel para celebrar sus 78 años, una fecha antes del día señalado.

Los críticos homenajearon al expresidente de CCOO y celebraron un día antes su 78 cumpleaños

F. J. DE PALACIO / A. FUENTES

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Los críticos de CCOO homenajearon ayer al histórico líder sindical y comunista Marcelino Camacho e intentaron que su 78 cumpleaños, que celebrará mañana, no fuera tan amargo tras perder la presidencia del sindicato. Hubo tarta, regalos y canciones: "Es un muchacho excelente, es nuestro presidente y siempre lo será", fue el lema más coreado.

El Palacio de Congresos de Madrid se convirtió ayer, tras la clausura del sexto Congreso Confederal de CCOO, en una fiesta con Marcelino Camacho como protagonista. Su inseparable mujer, Josefina, una nieta y todo el sector crítico arroparon a Camacho cuando tuvo que abandonar, con lágrimas, la mesa del congreso y, con ello, la presidencia y la ejecutiva del sindicato para quedarse como un militante más. El calor que recibió Camacho por parte de sus familiares y los dirigentes críticos contrastó con el frío alejamiento del secretario general, Antonio Gutiérrez, y sus partidarios, que ignoraron al ya ex presidente.

En un intento de los críticos por dignificar la salida por la puerta de atrás de Marcelino Camacho, el líder reunió una piña de militantes a su alrededor que celebraron su cumpleaños un día antes de celebrarse, compartiendo una tarta de chocolate, nata y bizcocho que le habían preparado especialmente. Entre los regalos hubo una escultura que simbolizaba a un ferroviario, profesión de su padre y que él hubiera podido seguir "si no fuera por culpa de la Guerra Civil".

Ante tantas muestras de afecto, que intentaban amortiguar el efecto de los 571 votos en contra de su reelección como presidente frente a 366 a favor, dijo para responder al homenaje: "Estoy emocionado por tantas muestras de cariño. No me lo merezco, os lo merecéis vosotros, porque son las masas, los pueblos, los que hacen la historia".

Rodeado de los suyos, Camacho lanzó una arenga con la misma energía de hace 20 años, cuando fundó CCOO: "Adelante. Este no es el fin de la historia, sino una crisis. A luchar contra el felipismo y el pujolismo". Posteriormente, en una multitudinaria rueda de prensa completó su histórica sentencia: "No me domaron, ni me doblaron, ni me van a domesticar, ni tampoco me van a echar al monte".

El "insumiso" Camacho paseaba su historia por el congreso. Los casi 14 años que había pasado en la cárcel por organizar una huelga y por la condena en el proceso 1.001, que afectó a la cúpula de CCOO en 1973, su carnet como primer militante del sindicato y su lucha antifranquista le avalan como el abuelo sindical de España.

Su militancia en el Partido Comunista y en la Unión General de Trabajadores (UGT) se remonta a 1934, cuando tenía 16 años. "La verdad es que yo tenía desde los 11 años una gran conciencia de la injusticia social imperante entonces", relata el precoz militante comunista y sindicalista en sus memorias.

De profesión fresador, Camacho es experto en fugas de campos de concentración y en organizar sabotajes contra tropas franquistas. Tras huir del campo de trabajo de Tetuán, se refugió en Argelia, donde vivió hasta 1957, cuando regresó a España con su mujer, que conoció en el país magrebí.

Camacho ve el futuro con optimismo ya que, según dijo con su característica retórica de viejo sindicalista, "lo que ha pasado en este congreso no me desmotiva, sino que me moviliza". Sus energías irán los próximos días para apoyar al candidato de Izquierda Unida (IU) a presidente del Gobierno, Julio Anguita. Hasta el próximo 3 de marzo, día de las elecciones generales, asegura que hará campaña "a tope", según dijo a este diario, porque nunca ha separado "lo político de lo sindical, a partir de que cada uno tiene lo suyo".