Antoni Castells, 'conseller' de economia

El error de recurrir a ensuciar las instituciones

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JOAN TAPIA

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Se acabó la comisión de investigación parlamentaria sobre el saqueo del Palau y la financiación de CDC. Esta semana se sabrán las conclusiones. Pero está claro –más por lo publicado en este diario que por el trabajo de la comisión– que hay indicios sólidos de que, en algún momento, gentes próximas al aparato de CDC tuvieron relacionesimpropiascon Fèlix Millet. El extraño donativo del Palau –entidad cultural que recibe dinero público– a Àngel Colom y la coincidencia entre adjudicaciones de obras (la L-9

y la Ciudad de la Justícia) y tráfico de facturas entre el Palau, la Fundació Trias Fargas y ciertas empresas apabullan.

Otros partidos han tenido financiaciónno ortodoxa. Se entiende que CDC –con una campaña electoral decisiva a las puertas– quiera escurrir el bulto en base a aquello de que quien esté libre de culpa que tire la primera piedra. Pero ha optado por tirar basura sobre todos para tapar sus pecados. El lunes pasado, la carga convergente contra elconsellerAntoni Castells, sobre el que intentan desviar la atención acusándolo de favorecer a Millet y ocasionar perjuicios a la Generalitat, fue especialmente cínica. Castells no solo refutó las imputaciones sobre el hotel, unaanécdotaen un saqueo de 35 millones, sino que acusó a ciertos políticos de «degradar y ensuciar las instituciones». Tiene razón, aunque debería saber que, para algunos, en la conquista del poder no hay armas prohibidas.