tú y yo somos tres

TV-3 al galope, esprint final

Toni Soler ha estrenado 'Està passant' (TV3)

Toni Soler ha estrenado 'Està passant' (TV3)

ferran Monegal

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Es colosal el esprint de TV-3 de cara al próximo 1 de octubre. Casi todas sus estrellas y programas se han puesto a cabalgar de manera fantástica. Nos transportan tirando de un carro en el que podría parecer que nos alojamos la gran mayoría de catalanes. Como Televisió Nacional de Catalunya, esto es admirable. Pero en este galopante y entusiástico trayecto se les va la mano. No impulsan solamente el derecho a votar, que es un derecho transversal: muchos programas ya están dibujando un paraíso a condición de que el voto sea en un sentido determinado. Ahí TV-3 es donde pierde su universalidad catalana, y se transforma como mucho en la televisión de una mitad. Esta semana, en 'Tarda oberta', nos han enseñado a imprimir urnas en 3-D desde casa. Y han imprimido también un cartel muy divertido que evitaba hablar de referéndum o de urna, pero que se entendía todo la mar de claro. Al final, no pudieron resistirse y colocaron un gran «Sí», en mayúsculas, y lo camuflaron agregándole un interroganteNo hacía falta. Hace tiempo que ya no disimulan ni nada. También esta semana el director de TV-3, <b>Vicent Sanchis</b>, se ha desplazado a la Generalitat y se ha reunido con el '<i>president'</i> <b>Puigdemont</b>. Han emitido el encuentro diciendo que era una entrevista. Creo que no, al menos en el sentido del periodismo clásico; aunque no sé por qué diablos me empeño en hablar de periodismo cuando este oficio ya ha sido prácticamente aniquilado. Sanchis no hizo de entrevistador, adoptó la postura de abnegado cuidador de su supuesto entrevistado. Hasta a Toni Soler se le escapó este relicario: «Parecía una cita romántica». Eso lo dijo en el programa que acaba de estrenar, '<i>Està passant'</i>, la última -o penúltima, nunca se sabe- trinchera que ha montado TV-3 para que los 15 días que faltan tengamos entretenimiento y cachondeo unidireccional. Hombre, la suerte de Toni Soler es que su programa es de sátira política -parece que con '<i>Polònia'</i> no había bastante-, y en ese terreno tiene una enorme ventaja. Es tanta la incompetencia que demuestra el Gobierno de Rajoy, que prácticamente les sirven los 'gags' ya construidos. No hay ni que retocarlos.

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Quizá Soler debería pasar unos sobres, naturalmente bajo mano, estilo Bárcenas, a todo el cuadro ministerial. Son los más mordaces guionistas de si mismos, y parece que no se han enterado.