MIRADOR

Podemos y la izquierda

XAVIER BRU DE SALA

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Antes de analizar el futuro de la izquierda en España, lo primero que hay que hacer es optar por una de las hipótesis siguientes: o Podemos es un fenómeno efímero o ha venido para quedarse. Al PP le da igual. Según calculan, el número de votantes que cedan a Podemos se verá compensado por las ventajas de la mayor división de la izquierda. Si, finito el bipartidismo y sin opción de victoria socialista ni de mayoría formada entorno al PSOE, solo hay un partido capaz de gobernar según las reglas y los principios del sistema, los partidarios de la estabilidad y la tranquilidad no tendrán otro remedio que votar PP. A gusto o a disgusto.

Es la izquierda la que está en recomposición. Por exceso de docilidad de los socialistas hacia las políticas económicas neoliberales. Es crucial pues dilucidar si Podemos ha venido para quedarse o es un ventarrón que todo lo agita y sacude antes de disiparse. En Ferraz, más que responder con argumentos, los dirigentes del PSOE ponen velas a todos los santos con la esperanza de que Podemos se deshinche pronto, empezando por Andalucía, incluso al precio de debilitar todavía más al pobre Pedro Sánchez. Cómo SánchezCayo Lara también cree que la mejor fórmula para convertir Podemos en efímero es la resistencia a ultranza de los que ocupaban el espacio antes de la irrupción de Pablo Iglesias.

Da rabia que te quiten la plaza unos elitistas que acaban de llegar, pero el hecho es que estos izquierdistas de aula, fundación y salón están en disposición de hincar el diente al PSOE y arrinconar a Izquierda Unida, si no es que el bólido improvisado de Iglesias echa la vetusta carroza de Lara del circuito a base de maniobras tan temerarias y efectivas como la protagonizada por Tania Sánchez. Dado que IU se ha visto forzada a ser complemento del PSOE o nada y, en vez de cambiar algo, se ha conformado con un trocito del pastel, ahora se ve amenazada por unos colegas ideológicos que galopan a caballo de la montura más bella y veloz del inconformismo, la alternativa: «Que no nos engañen más con la alternancia, porque ha llegado la hora de la alternativa». Eso es lo que impulsa Podemos.

España no es, ni mucho menos, tan desgraciada como Grecia. Por tanto, el indicador para dilucidar si Podemos es efímero o convierte las tiendas del 15-M en barracones más o menos fortificados, consiste en medir, no los votos que le arañe al PSOE -por muchos que sean- porque tenderá a recuperarlos si los dirigentes no son del todo idiotas, sino en si consigue o no residualizar a IU. Ya que iremos saliendo de la crisis y se verá que es imposible disociar por completo y para siempre jamás corrupción de poder, el panorama español tenderá a ser el de antes. O bien con Podemos o bien con IU a la izquierda del PSOE. ¿Es todo?