Análisis
Consumiendo en tiempos de crisis
Hemos iniciado este nuevo año con una devaluación salarial y una pérdida generalizada de poder adquisitivo; y el ciudadano de a pie, afectado por una crisis duradera, ha cambiado su alegre e irracional consumismo por nuevos patrones, guiados más por la austeridad y la compra «inteligente».
Aparecen nuevas tendencias y el consumismo da paso al movimiento del decrecimiento como alternativa que plantea vivir con menos para vivir mejor. Ello entronca con el desarrollo de campañas orientadas a una mayor sensibilización hacia el consumo responsable. Por ejemplo, para paliar el hecho de que entre un tercio y la mitad de la comida que compramos termina en el contenedor mientras que 1,3 millones de personas acuden a los bancos de alimentos en nuestro país. En este contexto aparecen una mayor moralidad y ética en el consumo, que dan pie a nuevos comportamientos económicos: reciclabilidad de los productos, alimentos ecológicos, vehículos híbridos y eléctricos, etcétera.
Esta racionalización del consumo ha hiperdesarrollado los modelos de negocio basados en ellow costen múltiples sectores, más allá de las aerolíneas aéreas, como gimnasios, hoteles, asesorías, restaurantes, peluquerías, y un largo etcétera. Ello ha dado pie a nuevos establecimientos basados en descuentos agresivos, conocidos comohard discount.
Hay además una clara reacción de los consumidores, que adoptan nuevas conductas orientadas a optimizar el gasto doméstico; entre otras, cabe destacar las siguientes:
-Uso de las nuevas tecnologías e internet para comparar y localizar las mejores ofertas del mercado, lo que ha propiciado la aparición de comparadores de precios, como Rastreator o las ofertas con importantes descuentos de Atrápalo.
-Consumo sostenible: productos locales, uso del bicing, o compartir el coche(car sharing).
-El hogar como nuevo centro de ocio barato: la wii, el karaoke, el cine en casa.
-Horizontalización del gasto, lo que significa que el importe del descuento en productos de alta rotación se dirige al consumo de otros productos; por ejemplo, lo que me ahorro al comer entupperdurante la semana me permite ir a comer al restaurante el domingo. Más que un ahorro en sí mismo es un trasvase del ahorro que evita el incremento total del gasto.
Para concluir, merece la pena mencionar la aparición durante la crisis de un fenómeno conocido como el «comportamiento dual». Esta dualidad se manifiesta en el hecho de que aunque en ocasiones buscamos la mejor oferta y el precio es crítico en la compra, en otras no reparamos en gastos y solo atendemos a la experiencia o al bienestar que ello nos reporta. En definitiva, es darse un premio por ser uno de esos héroes/heroínas anónimos/as que sobreviven a la incompetencia y falta de integridad de los que han construido esta crisis.
Esta mayoría de ciudadanos también tiene derecho a la búsqueda de esos pequeños placeres cotidianos:Te lo mereces porque tú lo vales.
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