LA INAUGURACIÓN DEL AVE BARCELONA-FIGUERES

La corbata verde

El príncipe Felipe conversa con Artur Mas, este martes.

El príncipe Felipe conversa con Artur Mas, este martes. / periodico

ANDREU FARRÀS

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El compositorGiuseppe Verdi, de cuya muerte se conmemorará un siglo en este 2013, es el mayor símbolo cultural de la unificación de Italia. No solo participó como activista político en el larguísimoRisorgimento--alambicado como todo lo que sucede en aquellas tierras desdeJulio César-- sino que su ópera'Nabucco' fue leída como la apasionada metáfora de la liberación de los italianos del yugo extranjero. Los muros de las ciudades italianas fueron pintados con el nombre del músico. Los autores de las pintadas, sin embargo, no eran únicamente revolucionarios nacionalistas. Eran monárquicos, que, bajo el apellido del artista, escondían un acrónimo, un grito ritual: “Viva Vittorio Emmanuele, Re D'Italia”. Desde entonces, las postrimerías del siglo XIX, el nombre y su color asociado ha sido utilizado como símbolo 'clandestino' por los (minoritarios) realistas italianos. Un hábito que, en un momento indeterminado, fue importado con fruición por los (tampoco excesivos) monárquicos españoles.

La primera vez que oí hablar de esta historia fue el 22 de abril de 1988, con motivo de la visita deJuan Carlos Ia Barcelona, para presidir los actos conmemorativos delMil·lenari de Catalunyaque organizó, con amplio despliegue propagandístico, el 'president'Jordi Pujol, uno de los mejores publicistas del país junto con Lluís Bassat yJoaquín Lorente. Eran los tiempos de 'Som 6 milions' y 'Catalunya 1.000 anys'.

La historia de Verdi, digo, me la contó algún periodista veterano --sin ayuda de Wikipedia ni de Google-- cuando observó que Juan Carlos I lucía unacorbata verdeen el frío y protocolario acto que transcurría en elSaló de Sant Jordi (entonces sí con el cuadro regio bien visible y sin cortina) delPalau de la Generalitat.Con aquella prenda, el Rey sacaba pecho, que es como suelen reacionar los 'machos alfa' de las sociedades avanzadas cuando se sienten amenazados. Pocos días antes de la visita del Monarca a Catalunya,Esquerra Republicanapresentó una moción para declararlo persona non grata y repudiar la presencia de un descendiente de Felipe V en un acto que recordaba que Catalunya era una nación. Y la Crida acababa de robar larojigualda que ondeaba en el Palau de la Generalitat.

La historia de Verdi y del Mil·lenari me ha venido a la memoria cuando he visto el mismo verdor de la corbata en elpríncipe Felipe, durante la inauguración delAVE Barcelona-Figueres. Ahora que laCorona está más cuestionada que nunca, el futuro macho alfa vuelve a sacar pecho como entonces hizo su progenitor y reivindica su papel con un símbolo inocente, dedicado especialmente a sus seguidores, que, según informaba un medio de comunicación madrileño, ha vuelto a ponerse de moda en los círculos monárquicos.'VERDE: ¡Viva el Rey de España!'.Un símbolo --textil-- que cuelga del cuello y adorna el torso de otro símbolo --humano-- es algo que haría las delicias del semiólogoUmberto Eco, gran aficionado de Giuseppe Verdi. Anécdotas muy decimonónicas en todo caso, porque lo que la gente de la calle se pregunta desde hace tiempo es si tanto la prenda inventada por los croatas como la institución no resultan anacrónicas e impropias delsiglo XXI.