El turno

Los políticos no entienden nada

LLUCIA RAMIS

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Políticos y votantes utilizan lenguajes distintos, y no hablo solamente de redes sociales. Las elecciones resultan difíciles cuando no hay dónde elegir; mañana se presenta medio centenar de imputados y ninguna solución contra el paro. Y hay quien se pregunta qué quieren los manifestantes al reclamar una democracia «real».

Por su deuda económica -nacional e internacional-, los dirigentes hipotecan a sus ciudadanos. Pero si se supone que trabajan a su servicio, ¿no pueden estos hacer un ERE? Primero los ningunearon, es lo que ha funcionado hasta ahora. Luego los instrumentalizaron: el PP asegura que son socialistas frustrados, la presunta izquierda dice que está con ellos aunque pacte con otros, el PSOE cuelga la declaración del Movimiento del 15-M en su web y la quita porque no representa a quienes la redactaron,Zapaterofinge comprensión, UPD recuerda que ellos exigen cambiar la ley electoral, analistas concluyen que esta situación favorece a la derecha. En definitiva, una guerra de siglas más pendiente del número de papeletas por recaudar que de las personas que piden respeto.

Los candidatos no entienden nada. Se han consolado tantas veces con que la baja participación en las urnas se debía a la apatía y el desencanto, que lo último que esperaban era que les reprocharan que se queden de brazos cruzados. A ver si no va a ser el ciudadano el que pasa de la política, sino el político a quien no le interesa la gente.

La Junta Electoral de Madrid intentó prohibir una de las concentraciones en Sol porque podía influir en el voto. Es más de lo que han logrado los gobernantes, y eso que están en campaña. Por primera vez, el día de reflexión es para que reflexionen ellos. Al final, unos harán ruido, y los otros, oídos sordos. Pero cabreos felices como los de esta semana crean la ilusión de que se ha dado un primer paso para zanjar el fraude que arrastra al modelo actual a la deriva. Utopía contra el cinismo.