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Elefant lanza una edición de lujo de 'Satélite 99', de Ana D

LUIS PLIEGO
BARCELONA

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Hay discos pirotécnicos, que prenden y se queman rápido como un cohete, y otros, los menos, que adquieren nuevos y sorprendentes matices con el paso del tiempo.Satélite 99,el único álbum de la cantante asturiana Ana D, ha cumplido una década convertido en un gran reserva. Un disco hipnótico, lleno de melodías orgánicas y letras melancólicas, que la compañía Elefant ha reeditado en forma de doble compacto junto al puñado de piezas que esta cantautora galáctica ha grabado desde entonces.

Esta aventura discográfica permite conocer uno de los trabajos más personales de la música pop española. El tiempo no le ha sacado los colores, sino todo lo contrario. "Desde el principio fue un disco amado y repudiado a partes iguales, pero nunca pensé que llegaría a convertirse en un clásico", explica Ana Díez al teléfono desde su retiro asturiano.

EXMÁNAGER DE ALASKA

La que fuera mánager en los años 90 de Alaska y Dinarama, Héroes del Silencio, Gabinete Caligari y Loquillo;djde la ya mítica sala madrileña Morocco, y novia del atormentado cantautor Javier Corcobado vive a los 50 años en un pueblo tranquilo cercano a la desembocadura del río Nalón.

"Soy rentista. Me alejé del mundanal ruido y ahora vivo de las rentas", bromea con la serenidad que da haber sobrevivido a la movida y a otros paraísos artificiales. Antes de huir de Madrid, Ana dejó constancia de que a pesar de vivir rodeada de músicos, su estilo no tenía nada que ver con ninguno de ellos. "Corcobado fue el que me animó a cantar. Yo sabía que tenía una voz demasiado peculiar y además ya había cumplido los 40, me faltaban dosis de ego. Si no hubiera sido por él, no me habría atrevido", asegura.

Ibon Errazkin se ocupó de la producción. El excomponente de Le Mans y artífice de otros discos fundamentales (Impermeable,de Carlos Berlanga, yPopemas,de Nosoträsh) canalizó el sonido que Ana soñaba. "Me siento muy responsable de ese sonido, que ya entonces parecía desfasado. Debía parecer vacío. Lo que ahora llaman minimal", explica.Satélite 99suena también fascinante y extraño, como si la cantinela que interpretaba Mia Farrow enLa semilla del diablohubiese sido remezclada con cajas de ritmo rescatadas de un desván. Tecno-pop acústico directo al corazón.

Tras la aparición deSatelite 99,la cantante se atrevió con una gira por Estados Unidos. Allí algún crítico colocó el suyo entre los mejores álbumes de 1998. "Sí, es verdad, lo distribuyó una compañía americana, pero todo era muy minoritario", recuerda. Después llegarían otros reconocimientos. Le pidieron que abriera el homenaje que la revistaRock de Luxdedicó a los donostiarras Family y grabó una (por favor, escúchenla) sobrecogedora revisión deLa noche inventada.Una joya que rescata esta reedición.

Antes, Pedro Almodóvar había reconocido que la versión que Ana D hizo deMe quedo contigo,de los Chunguitos, le había inspirado en parte para escribir el guión deHable con ella.El director manchego la incluyó enViva la tristeza,un compacto que recopilaba canciones de Nina Simone, Chet Baker, Goldfrapp y Chavela Vargas. "Fue todo un honor. Hace mucho tiempo que no veo a Pedro y no se lo he podido agradecer", asegura.

Ana dice que ahora es una "señora de 50 años" que prefiere no hacerse fotos. Tampoco tiene previsto grabar más discos. El listón está demasiado alto.