CUENTA ATRÁS PARA LOS GOYA

Las muy auténticas adolescentes del cine español

Carmen Arrufat, Elena Andrada y Julia Lallana dan con sus papeles en 'La inocencia', 'El viaje de Marta' y 'Ojos negros' una visión genuina de la adolescencia

zentauroepp51851396 icult200121122935

zentauroepp51851396 icult200121122935 / periodico

Beatriz Martínez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En los últimos años han sido muchas las películas que han puesto el foco en la adolescencia como tránsito a la edad adulta. Normalmente los análisis se suelen centrar en las directoras (casi siempre se trata de miradas femeninas) que abordan este tema desde diferentes perspectivas ahondando en el sentimiento de desorientación vital y el choque con las estructuras sociales tradicionales, pero poco se habla de las actrices que dan vida a estas niñas que están a punto de convertirse en mujeres y que se lanzan al reto de trasmitir ante la cámara esa mezcla entre pureza, rebeldía y curiosidad frente a un mundo que se muestra hostil y desafiante.

Este año se han estrenado tres estupendas películas españolas que suponen el descubrimiento de tres actrices que por primera vez se enfrentan a un papel protagonista en el que se produce una identificación muy directa con su propia experiencia vital. Ellas son Carmen Arrufat (18 años), nominada al Goya a la mejor interpretación femenina novel por ‘La inocencia’, de Lucía Alemany; Elena Andrada (20 años), el gran descubrimiento de ‘El viaje de Marta (Staff Only)’, de Neus Ballús, y Julia Lallana (17 años), auténtico motor de ‘Ojos negros’, dirigida por Marta Lallana (su hermana), Ivet Castelo, Iván Alarcón y Sandra García.

En los tres casos las directoras tenían una imagen mental muy clara de cómo querían que fueran las protagonistas de sus películas. En el caso de ‘Ojos negros’, Marta Lallana incluso escribió el personaje de Paula a imagen y semejanza de su hermana Julia, así que el juego de espejos resultaba inevitable.

Rara

"Tenía 14 años cuando me pusieron una cámara delante por primera vez. Me sentí rara, pero estaba tan en familia en el rodaje que terminó gustándome actuar", cuenta Julia Lallana, que estudia segundo de bachillerato de ciencias sociales.

Carmen Arrufat mandó un vídeo (que editó muchas veces porque nunca quedaba contenta de cómo quedaba) a Lucía Alemany y ella supo al instante que había encontrado a su Lis. "No sé que vio en mí. Cuando la entrevistan, ella cuenta que yo era de verdad".

Algo parecido le ocurrió a Neus Ballús: buscaba a una chica que trasmitiera naturalidad y transparencia. Su forma de rodar, a medio camino entre el documental y la ficción, implica un rechazo absoluto por el artificio. "Cuando veo la película, me veo a mí. El personaje y yo misma hemos vivido un viaje iniciático, hemos salido por primera vez de nuestra zona de confort y quizás por ello las dos hemos crecido", cuenta Elena Andrade.

Realistas

Ninguna de estas películas trata la adolescencia desde un punto de vista superficial o excesivo. Los personajes lidian con conflictos acordes con la edad que tienen y estos se plasman de manera realista. Hacerse mayor, sentir el paso del tiempo y el aumento de responsabilidades, la importancia de saber tomar decisiones, qué significa la amistad, el sexo y cómo utilizar las herramientas emocionales a la hora de relacionarse con el mundo que las rodea. En ‘La inocencia’ se trata el tema del aborto juvenil y para Carmen Arrufat resulta fundamental que la directora luche por normalizarlo y alejarlo de estigmas y tabúes.

En todas ellas también se habla de la relación con los padres y de las tensiones que se generan. El progenitor, tanto en ‘La inocencia’ como en ‘El viaje de Marta (Staff Only)’, está protagonizado por Sergi Lopez. "La falta de comunicación es muy importante y termina evidenciándose en el choque generacional", continúa Carmen Arrufat. La represión religiosa o cultural, también pulula por el ambiente.

Encontrar la propia identidad en un entorno en el que todo el mundo te dice lo que tienes que hacer o cómo has de ser, es otra de las características en las que todas coinciden a la hora de verse reflejadas. Y la mirada femenina que ofrecen las directoras. "Casi todas las ficciones adolescentes que habíamos visto hasta ahora estaban contadas desde una mirada masculina, y eso lo condiciona todo, porque ellos nos dicen cómo deberíamos ser nosotras y no tienen ni idea", dice Elena Andrade. "Son películas que hablan de la voluntad personal, del cuerpo femenino, de los problemas que afectan a las mujeres, así que mejor que estén escritas y dirigidas por alguien que sabe de lo que habla", continúa Arrufat.

Mujeres fuertes

Las tres jóvenes son consumidoras de ficción adolescente. Julia Lallana está viendo ‘Merlí: Sapere Aude’ y la versión española de ‘Skam’. "Creo que son dos series que están muy cerca de la gente joven, retratan bien la sociedad integrando no solo la inclusión sexual o racial, también los conflictos de clase y de dinero, que me parecen fundamentales". A Elena Andrade le gustó mucho ‘Lady Bird’, de Greta Gerwig, y ‘Euphoria’, de la que destaca su valentía a la hora de hablar de temas tan delicados como la ansiedad y la depresión juvenil, una serie de la que también es fan Carmen Arrufat: "Se están contando historias donde las mujeres toman sus propias decisiones y salen adelante con su fuerza, rompiendo todo a su alrededor, eso es muy importante".