NOVEDAD EDITORIAL

La conexión Patrick Deville

El autor francés publica 'Viva', una novela sobre el México de los años 30

Patrick Deville, en el CCCB de Barcelona.

Patrick Deville, en el CCCB de Barcelona. / periodico

ELENA HEVIA / BARCELONA

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Patrick Deville asegura que si un día despertara en el París del siglo XIX no se preocuparía lo más mínimo. Buen conocedor de la historia, y de sus detalles cotidianos, el escritor francés  (Saint-Brevin-les Pins, 1957) sabría perfectamente dónde acudir a hablar con la gente que le interesa, porque más de un siglo después es capaz de reproducir sus mínimas andanzas. Con esa premisa ha escrito ya cinco novelas marcadas por la geografía y la historia en las que teje y desteje a un ritmo vertiginoso las fascinantes idas y venidas de personajes reales,  fundamentales en el paso al siglo XX.  Lo hizo en 'Peste & Cólera', también en 'Ecuatoria' y vuelve a hacerlo ahora en 'Viva' (Anagrama), en la que, en apenas 250 páginas, cartografía ese territorio mítico que fue el México de los años 20 y 30, un imán para los utópicos de la revolución y para los aventureros sin más; el México misterioso en el que se perdían los hombres y jamás volvía  a saberse de ellos.

En la novela, que tiene como eje las figuras de León Trotsky y Malcom Lowry (el autor de 'Bajo el volcán'), se entrecruzan los destinos de la pintora Frida Kahlo, la bella y traidora fotógrafa Tina Modotti, el misterioso escritor B. Traven (autor de 'El tesoro de Sierra Madre'), el encolerizado Antonin Artaud y sus tarahumaras, el poeta y boxeador Arthur Cravan (que peleó por el título mundial en la Monumental de Barcelona) e incluso un Graham Greene en busca de argumento para su novela 'El poder y la gloria'.

 Pero hay más. Deville,  en una subjetividad reivindicada,  aparece él mismo en la obra con sus famosas libretitas de notas en pos de este fastuoso elenco histórico y se entrevista en el presente con Margo Glanz, Juan Villoro, Sergio Pitol Mario Bellatín y, especialmente, con el centenario Maurice Nadeau, el gran editor francés, que, historia viva,

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estuvo muy cerca tanto de Trotsky como de Lowry. "Me gustaba cómo Nadeau hablaba del pasado, como si se tratase de  la semana pasada", dice Deville. Esa sensación de que la geografía es tan inmutable como el tiempo le permite al autor contemplar, por ejemplo, el puerto de Barcelona "sin las tonterías del presente". Él es capaz de ver cómo Arthur Cravan y Trotsky, cada uno por su lado, se embarcan desde allí en el paquebote 'Montserrat' hacia Nueva York en 1916 cuando todavía no se han apagado los ecos de la batalla de Verdún. Esta idea está en la base de 'La literatura, un viaje en el tiempo y en el espacio', la conferencia que ha impartido en el CCCB. 

VUELTA AL MUNDO

'Viva' es el último eslabón, por ahora, de ese gran ciclo de novelas con el que Deville está dando su particular vuelta al mundo, y que tiene su punto de partida en 1860, un año en el que, según el autor, todo empieza a estar conectado globalmente. Y quizá sea esa la palabra que mejor define la literatura de Deville, conexión. Él sabe ver y hacer evidentes esos vínculos secretos que unen a los personajes, esas vidas paralelas.  

"Lowry y Trotsky no llegaron a conocerse pero sí coincidieron en Ciudad de México, ya que el primero visitaba allí a su primera mujer. El escritor inglés era un gran admirador del ruso y en 'Bajo el volcán' aparece citado en el primer capítulo y en el último, y además se inspiró en él para componer el personaje del Cónsul, el protagonista de su novela". Lowry estaba convencido de que su tema está en la literatura y no en la política aunque esta se perciba en el fondo de sus escritos. Por el contrario, el profeta armado estaba convencido de que primero había que actuar políticamente para luego hacerlo literariamente. "No en vano, el conservador François Mauriac consideraba a Trotsky, por otra parte excelente crítico literario, como uno de los más grandes escritores rusos"