'The town', buen pulso policiaco

Seamos sinceros. Pese a algunas interpretaciones interesantes en el inicio de su carrera y un amago de convertirse en galán del Hollywood contemporáneo, Ben Affleck no pasará a la historia como uno de los mejores y más influyentes actores del cine norteamericano. Pero como director es otra cosa. Aún es pronto para valorarlo, ya que solo ha realizado dos películas, las dos en clave de conciso cine negro, pero los resultados tras la cámara conAdiós, pequeña, adiós-según la novela de Dennis Lehane- y ahoraThe town (Ciudad de ladrones)resultan infinitamente superiores a las prestaciones de Affleck frente a la cámara en títulos como Pearl Harbor, Daredevil, Una relación peligrosaoJersey girl.

Si enAdiós, pequeña, adiós dio el protagonismo a dos investigadores privados y confió en la ductilidad actoral de su hermano, Casey Affleck, enThe town es él quien se pone al frente del reparto y se centra en las actividades de unos atracadores de bancos que ocultan sus rostros con máscaras de goma y hábitos de monja como los protagonistas de Le llaman Bodhi, filme seminal en el subgénero del cine de atracos, los ocultaban con máscaras de cuatro presidentes de Estados Unidos.

La acción acontece en un Boston que nada tiene que ver con la imagen casi siempre idílica que de la ciudad ha dado el cine. En los arrabales bostonianos confluyen una serie de personajes que se mueven por afectos y necesidades. Affleck, el jefe de la banda, se enamora de la directora de la última sucursal asaltada, y esa relación amorosa condiciona todo lo que vendrá después. Las escenas de acción tienen el pulso del mejor cine policiaco de los 60 y 70 y la severidad dramática, trágica, que impregna el relato resulta muy creíble.