UNA HISTORIA DE NOU BARRIS

Medio siglo de ventas

El mercado de la Mercè, que tiene 56 años, estrena una fachada para ganar luz y vías de acceso

Exterior del mercado de la Mercè, cuya reforma parcial ha finalizado este año.

Exterior del mercado de la Mercè, cuya reforma parcial ha finalizado este año.

SÍLVIA ALBERICH / BARCELONA

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Una fachada más amplia y luminosa, con una cubierta de madera y grandes cristaleras que dejan entrar luz natural son algunas de las novedades que se pueden observar en el recientemente reformado mercado de la Mercè (Fabra i Puig, 270). La renovación se ha realizado en uno de los laterales del conocido mercado, en el que se ha colocado una rampa que mejora la accesibilidad.

"También han puesto aire acondicionado, un montacargas y balanzas nuevas y han optimizado la iluminación en general", explica Francisco Moreno García, empleado de Polleries Martínez Homs, uno de los puestos más antiguos del local.

Clientas de toda la vida, como Yolanda Salicrú, una vecina de 50 años que ya venía de pequeña con sus padres, tienen claro por qué compran allí. "Conozco a los vendedores, el producto es muy bueno y el precio, también", destaca Salicrú.

Mayores

Vila ha vivido la historia de un mercado que se inauguró oficialmente el 19 de marzo de 1961, aunque abrió sus puertas al mes siguiente, el 19 de marzo, Día del Padre. "Fue un éxito desde el primer momento y cubrió necesidades de éste y otros barrios", recuerda el presidente, quien destaca el precio competitivo de sus productos y el trato personalizado, algo que genera una gran fidelización. "Tengo clientes de toda la vida y les explico desde cómo salar hasta guardar y conservar el bacalao", ejemplifica Vila.Aunque la gente mayor suele ser la clientela habitual, cada vez van más jóvenes al mercado, una realidad que constata Jaume Vila, presidente del mercado de la Mercè y propietario de El Rebost del Salat. "La juventud está muy concienciada con la alimentación sana y quiere volver a comer bien y de calidad", asegura Vila, tercera generación de un negocio familiar especializado en olivas, bacalao y conservas.

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El edificio se construyó en el núcleo antiguo del barrio de Santa Eulàlia de Vilapicina, aunque actualmente pertenece al del Turó de la Peira. "Su ubicación es estratégica, ya que coincide con un cruce de caminos", afirma Jordi Sànchez, presidente del Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris.

Antiguos campesinos

Algunos de los vendedores procedían del mercado de Sant Andreu, donde los campesinos podían vender sus productos fuera del mercado a un precio inferior. Al construirse el de la Mercè, prefirieron comprar la parada de dentro para vender a un precio más elevado. "Curiosamente, el ayuntamiento les permitió que vendieran fuera al mismo precio que dentro", destaca Sànchez.

A parte de la remodelación y de una sala de recogida de basura creada hace dos años, el mercado no ha experimentado grandes cambios en sus 56 años de historia y mantiene prácticamente las mismas tienda. Actualmente, cuenta con 57 paradas y servicio a domicilio desde hace 15 años (con WhatsApp desde hace uno). Y también realiza degustaciones y talleres.