Dos vecinas aseguran que Carrillo se cayó por la bofetada de un policía en Terrassa

Los cuatro sanitarios de las ambulancias también niegan que los agentes les informaran que la víctima había sufrido un golpe en la cabeza

ACN / Terrassa

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Dos vecinas de Terrassa declaran en la Audiencia de Barrcelona que un policía municipal dio una bofetada a Jonathan Carrillo. El golpe en la cara hizo que el joven se desplomara a tierra de espaldas, golpeándose con la cabeza contra el asfalto, con un sonido “seco”, como el de una “sindria” cuando se rompe, remarcan.

Los técnicos de las dos ambulancias que atendieron a Carrillo, también desmienten a los policías de Terrassa, negando que éstos les hubieran informado que la víctima había recibido un golpe en la cabeza. Los médicos no le practicaron un TAC, que hubiera revelado que sufría el hematoma craneal que le acabó provocando la muerte porque nadie les avisó del traumatismo.

Una madre y una hija, que presenciaron los hechos desde la terraza de su domicilio, un noveno piso, aseguran, desmintiendo la versión de los cuatro policías procesados, que uno de los agentes si propinó una bofetada a Jonathan Carrillo. Por este motivo, el joven se desplomó y se golpeó la cabeza contra el asfalto.

Las vecinas, con un relato muy similar, también han criticado a los policías que no taparan al joven que se quedó inmóvil en el suelo con el torso desnudo entre 20 minutos y media hora, hasta que llegó la primera ambulancia.

En esta sesión también declararon dos jóvenes que fueron testimonios de los hechos. No obstante, el hecho de haberlo visto desde la calle, sin contar con la posición elevada de las mujeres, “la pantalla” que formaban los cuatro policías les quitaba visibilidad y por eso no podían asegurar que un policía golpeara Jonathan.

A pesar de esta visibilidad limitada, los dos jóvenes si vieron como caía y escucharon el sonido del golpe en el suelo. Uno de ellos recuerda que los agentes se acercaron al joven, con una “mano sobre la porra”, después que éste les increpara e insultara con gritos de “hijos de puta, dejar a mi primo”.

No informaron del golpe en la cabeza

Los técnicos sanitarios que atendieron a Carrillo sobre el terreno niegan también que los policías, tal como habían declarado ellos el lunes, les hubieran informado que el paciente acababa de recibir un golpe en la cabeza.

De los dos técnicos de la primera ambulancia, solo uno habló con los agentes municipales ya que el otro atendió al joven. Éste afirma que los policías solo le dijeron “que se había desplomado al suelo” después de increparlos. El otro, después de explorarlo, detectó unas constantes vitales un poco bajas, por lo que decidió activar un vehículo del SEM, preparado para emergencias más graves.

Antes que llegara la segunda ambulancia, Jonathan vomitó. Este vómito, que olía “mucho a alcohol”, despistó a los sanitarios que, al no haber sido informados del golpe en la cabeza, relacionaron la poca conciencia del paciente con una intoxicación etílica. De hecho, si hubieran sabido del traumatismo,, el protocolo establece que hace falta poner un collarín al paciente que ellos no le colocaron.

Los médicos que atendieron a Jonathan en el Hospital Mutua de Terrassa, acusados de un delito de homicidio por imprudencia, ya manifestaron el lunes que si no le practicaron un TAC, que podría haber detectado mucho antes el hematoma que le provocó la muerte, es porque sólo se les dijo que el paciente sufría una intoxicación etílica.

Según la versión de los técnicos de la primera ambulancia y del vehículo del SEM, esto fue porque tampoco ellos llegaron a saberlo, ya que los cuatro policías omitieron una información decisiva para el tratamiento médico que debía recibir Jonathan.

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