tú y yo somos tres

El 'Titanic' y la condesa roja

FERRAN MONEGAL

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Verano. Estertor en las cadenas. Parrillas llenas de refritos. Baile de momias que dormían en los archivos. Paisaje de holganza y miseria. Con este panorama, que A-3 TV se atreva a estrenar una serie comoSangre y acerotiene un incuestionable mérito. Se trata de una cuidada producción -estiloGosford ParkoDow-nton Abbey- con el toque italianizante de la RAI como motor de la producción. Se nota en algunos tratamientos del color, a veces poco tamizado, chillón, y también en cierta frivolidad en el área delatrezzo. Pero sonpecata minuta estos detalles. La serie tiene altura, profundidad, interés, y los intérpretes merecen un sobresaliente. Empieza la historia con los trabajos de construcción delTitanicen unos astilleros de Belfast (1909), un encargo del magnate estadounidenseJ.P. Morganque quiere que le fabriquen el transatlántico más grande del mundo, una bestia marina que no la pueda hundir ni Dios -esa era la pretensión del magnate- y que, ya sabemos, acabó hundiéndola un cubito de hielo. La trama ha sido empedrada con toques contundentes de concienciación obrera: el conflicto de los sindicatos con la patronal, las condiciones de trabajo, la explotación... O sea, que han pasado 103 años de aquello pero, a la vista de lo que pasa hoy en España, parece que hayan pasado 103 minutos solamente. Me ha gustado la incrustación, puntual, pero enérgica, de la figura deConstance Markievicz, llamada la condesa roja. ¡Ah!Constance, que en realidad se llamabaGeorgina Gore-Boothde soltera, fue una mujer comprometida. Luchadora. Fue uno de los primeros iconos del feminismo del siglo XX. La ha interpretado la actrizJoely Richardson. Su vibrantespeecha las esposas de los obreros («Sois vosotras las que estáis al frente de toda revolución. Sois vosotras las que siempre sufrís lo peor de la opresión») habrá enorgullecido a su madre, la granVanessa Redgrave. A nosotros también.

LOS 'TOLIGOS'.-Ha despedido temporadaPablo Motos (El hormiguero 3.0, A-3). Y también ha concluido con unspeechcontundente. Dijo:«Ahora hemos visto, sin querer, las trampas de los gobiernos y los bancos. Resulta que eran cómplices, y nosotros, los toligos». ¡Ahh! Lostoligos. Hacía mucho tiempo que no escuchaba esta castiza expresión. Significa lostontos del higo, o lostontos del habasi prefieren. Así hemos sido tratados, efectivamente. Y parece que siguen dispensándonos este tratamiento.