tú y yo somos tres

Los indígenas y la gente fina

FERRAN MONEGAL

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Nos ha advertidoRaquel Sánchez Silva, la presentadora de la nueva edición dePerdidos en la tribu (Cuatro), que esta vez han seleccionado las tribus con lupa, y que han escogido aquellos indígenas más fieros, más aguerridos, para que las familias españolas que participan las pasen más canutas que nunca. ¡Ah! Son deliciosos. Siempre pensando en nosotros, en la audiencia, para que tengamos impactos y nos horroricemos mucho. Pero, la verdad, a tenor de las dos primeras entregas que han emitido, parece que lo que buscan es quitarnos el apetito y estropearnos la cena. Se han esmerado, por ejemplo, en ofrecernos primerísimos planos de las mujeres de la tribu shiwiar, en la Amazonia peruana, cuando preparan la comida masticándola y regurgitándola en los platos que luego sirven a la familia española, losMerinode León. O el caso del hijo y el nieto del célebre diseñadorBerhanyer, a los que han mandado a Etiopía, a la tribu suri, y allí aguantan como pueden la costumbre indígena de tomar café todos juntos y, mientras charlan, los suri van vomitando sistemáticamente el turbio líquido ingerido. O sea, que este año el programa no busca impactarnos con escenas peligrosas; lo que pretende es que corramos al lavabo envueltos en un asco y una náusea terribles. Es posible que la papilla que mastican y regurgitan los shiwiar sea un plato gastronómico de primera categoría, y tampoco dudo de que el vómito de los suri sea una forma de purificación interior muy saludable y efectiva. Pero lo que pretende el programa, con el perverso montaje y presentación del material grabado, está clarísimo. Excuso decirles que la finísima familiaBerhanyerlas está pasando canutas.

SORPRESAS 'SOTA TERRA' .-Es admirable la dedicación de la tropa de arqueólogos que comandanEudald CarbonellyFermí FernándezenSota terra(TV-3). Se pasan el día con el pico y la pala, escarbando, dale que te pego, como fantásticos mineros de la historia sumergida en la tierra. A veces, no obstante, su virtuosa actividad tiene golpes sonrojantes y cómicos. El otro día se pusieron a escarbar en los aledaños del castillo de Miravet, en la Ribera d'Ebre. Buscaban los restos de un guerrero templario que se enfrentó a las tropas deJaime II,

en pleno siglo XIV. Y al final, lo que encontraron fueron los huesos de un pobre campesino que tuvo la mala pata de morir en la famosaguerra dels segadorsde 1650. ¡Ahh!