tú y yo somos tres

Comérselo con patatas-2

FERRAN MONEGAL

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Al igual que ocurre en el taoísmo, lospolacosdePolònia(TV-3) trabajan la parábola de los círculos concéntricos con una precisión magnífica. Esta semana, en su primer programa del 2013, nos han hecho unsketchafiladísimo sobreDuran Lleiday elcaso Pallerols, o sea, la financiación irregular de Unió. Arranca el programa con un primer plano deDurancomiéndose con patatas aquellas declaraciones que hizo años atrás a la cadena SER, y que el diarioEl Paísrecogió bajo el títuloDuran dice que dimitirá si hubo financiación ilegal (22 noviembre del 2000). Y el primer golpe de tuerca dePolòniaes cuando vemos aDurancomiéndose con patatas estas declaraciones, porque se lo mandaArtur Mas, que está a su lado y le ordena:«¡No te levantarás hasta que no te las hayas comido!». YDuranva tragando, con una mezcla fantástica de repugnancia y disciplina. O sea, con estesketchhan cerrado lospolacos el primer círculo concéntrico taoísta, porque eso es exactamente lo que hicieron -pero al revés-, tras el fracaso electoral del 25 N: entonces fue aMasa quien dibujaron enPolònia comiéndose con patatas laestelada, bajo la imperiosa vigilancia deDuran,que le obligaba a tragarse la bandera independentista. Pero la arborescente filosofía deLao Tse, bien leída y entendida, ha permitido a lospolacostrazar un nuevo círculo. Lo perfilan, lo presentan, lo dibujan justo en el instante en que suena de pronto una campanilla. Y entonces aDuran, que está todavía comiéndose sus declaraciones con patatas, le sobreviene una alegría y advierte aMascon enorme y vengativo regocijo:«Es el microondas. Te estoy cocinando ahí el caso Palau. Quédate tranquilo, que tú tampoco te quedarás con hambre». O sea, que en algún próximoPolòniaes muy posible que acaben cerrando este nuevo círculo con la estampa deArtur Mascomiéndose elcaso Palautambién con patatas fritas.

¡Ahh! El taoísmo que practican lospolacoses tan tremendo como ilustrativo. Van dibujando círculos concéntricos sin salir de CiU. Un día esMas el que se come con patatas laestelada; otro día esDuranel que se tiene que tragar sus propias declaraciones; otro día, en un próximo futuro, quizá volverá a serMasquien se tenga que zampar lo del Palau. Y así, círculo tras círculo, se va pintando una sorprendente alegoría: lejos de indigestarse por tener que comerse con patatas las martingalas de sus partidos, resulta que engordan más todavía. ¡Ahh!