ENTREVISTA

Agustí Esteve: "Los tertulianos del '23 24' no vienen a lucirse, sino a aportar"

El periodista presenta, de lunes a jueves, el informativo nocturno del canal 3/24

AGUSTÍ ESTEVE

AGUSTÍ ESTEVE / periodico

OLGA LERÍN / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

 De lunes a jueves, Televisió de Catalunya abre una ventana al análisis y la reflexión pausada en el canal informativo 3/24 a través de '23 24', espacio que dirige y presenta Agustí Esteve (Barcelona, 1966). Sus inicios en el oficio se remontan a A-3 y sus noticiarios en desconexión para Catalunya. Después vino la radio: Cadena 13, Antena 3 Radio y Catalunya Ràdio (en esta última fue jefe de informativos). Finiquitada esa etapa de despachos, busca la complicidad del telespectador con una propuesta de marcada personalidad y guiños poéticos.

-'23 24' se promocionó como un espacio "para entender, analizar y dialogar de tú a tú". Después de dos años, ¿considera que se ha logrado ese objetivo? 

-Hemos conseguido hacer un programa que básicamente transmite que las piezas que lo conformamos nos ajustamos mucho, y eso es muy importante a la hora de trabajar. Somos un equipo pequeño y muy bien avenido, en el que la creatividad de uno suma con la del otro. No tenemos muchas herramientas, pero son suficientes.

-No es un informativo al uso. 

-Va destinado a la gente que ya está acostumbrada a la información y le gusta, a pesar de que siempre intento darle un toque pedagógico. Antes de entrar al plató yo ya sé perfectamente cuál es el relato y las paradas por las que ha de ir pasando. Es como una historia: "Hoy ha ocurrido esto, estos son los protagonistas de la historia y han vivido esta situación". La gente nos pide que no expliquemos las cosas desde un atril, sino desde dentro. Observamos, y, a partir de ahí, ofrecemos versiones diferentes.

-A veces da la impresión de que se suceden muchas imágenes ya vistas a lo largo del día y que queda poco tiempo para el análisis. 

-Depende de la densidad informativa de la jornada. Intentamos explicar de media tres historias y englobar otros temas. Estamos enmarcados en el 3/24 y no podemos hacer algo que se sitúe en las antípodas de lo que es el canal. Tenemos una personalidad diferenciada por el tema del análisis y la forma como explicamos las cosas, pero no siempre tengo la sensación de que nos falta tiempo para ese análisis.

-¿Qué criterios sigue para escoger esos tres temas? 

-Hago una mezcla entre lo que a mí me interesa y lo que puede interesarle al público.

-¿Por ejemplo? 

–La política y la economía desde la vertiente social, no la política de declaración, sino la que quiere transformar las cosas. Me interesa explicarlo para que la gente vea que aquello que se está decidiendo, aunque no lo piense así, le afecta.

-A esas horas la audiencia está saturada de titulares. ¿No cree que necesita algo diferente? 

-Yo concibo el producto como dentro de lo que es TVC. Tenemos tiempo para respirar, reír y hacer el comentario. Y como todo en la tele, no es solo qué explicas, sino cómo lo haces y cómo lo comunicas. El teles-pectador es muy importante para conectar. Buscamos que esa complicidad provoque que el público se quede a vernos.

-¿Tienen muchos 'inputs'? 

-Tiene que haber una simbiosis entre las redes sociales y el medio tradicional. Estamos trabajando en ello, porque si sabes lo que a la gente le gusta, tienes elementos para aproximarte mucho más al público. Ahora más que nunca se ha visto la importancia de esa conexión y quien no esté en las redes sociales tendrá menos herramientas para afrontar el futuro. Se comprobó con 'Ciutat morta'....

-¿Qué opina del documental? 

-Es un reportaje bien planteado, pero solo muestra una parte. Y todo es mucho más amplio. Estamos en un momento de crisis absoluta de credibilidad de los que siempre han explicado el relato y la gente está tan cansada que cualquier versión que no recuerde ese relato tiene más credibilidad. Como no hay blancos ni negros, y yo soy un tío de bastantes grises, creo que se nos ha ido de las manos. Las cosas se deben ponderar un poco más y es importante escuchar todas las versiones. Es un ejercicio de transparencia que la gente reclama y hemos de trabajar para demostrar que desde los medios públicos tenemos en cuenta sensibilidades diversas, que no son medios teledirigidos.

-A la tele se le echa en cara la falta de espíritu crítico. 

-Llegados a este punto hay dos caminos a tomar. El adn de un periodista debe ser crítico, y yo lo intento desde las máximas perspectivas posibles. Y eso se debe recordar siempre. Tal vez la lucha por ser los más vistos provoca que acabemos haciendo cosas que rallan lo que creo que se aleja de la parte periodística. Yo creo mucho en la función social de los medios públicos. El otro camino es telecinquear, irte hacia el otro lado. Estamos en un mundo de competencia y debes conseguir la fórmula perfecta que te permita combinar las dos cosas.

-En otras cadenas, el debate es sinómino de ruido y espectáculo. 

-No es nuestro ambiente. Si veo que hay gritos, lo freno rápido y digo: "Oye, es que no se te entiende" o "Si hablas cuando no te toca, te bajo el micro". Como se percibe que no se grita, la gente que viene no quiere desentonar.

-¿Qué perfil de tertuliano busca? 

-Que si habla, sepa de ello. Por eso, a veces hay tertulianos que son los analistas de la información más periodística, y después la parte más de especialización. Intento incorporar a personas que tengan más elementos, el valor añadido.

-O sea, hay peligro cero de que alguno de ellos se convierta en un personaje mediático. 

-Aquí no vienes a lucirte, sino a aportar, porque quiero que la persona que te mira, aprenda. Los hay con una personalidad más explosiva o que dicen las cosas más a saco, porque en la sociedad hay de todo.

-Es la primera vez que tiene un programa propio. ¿Cómo recuerda su primer '23 24'? 

-Estaba tenso, que no nervioso, porque no es lo mismo. Y pensé que no se me podía notar. Ahora, a veces, me ocurre que pienso que estoy en el comedor de mi casa, y eso es un problema, porque me relajo mucho. Has de ser tú mismo, pero ha de haber un punto de tensión.

-Se han marcado algún tanto como el debate entre Mònica Terribas y Ana Pastor. ¿Cómo se gestó ese encuentro? 

-Ana Pastor me gusta por la manera como explica las cosas. Y Mònica Terribas es un referente absoluto. Pensé en reunir a dos profesionales que tienen visiones complementarias y que, a veces, coinciden y otras, no. Ambas saben perfectamente de lo que hablan.

-El idioma no fue un obstáculo. 

-Ese es un debate absolutamente ficticio y cien por cien artificial. Si Ana hubiera tenido algún problema, se lo hubiera explicado y se acabó. Era tan fácil como eso.

-La concesión poética del final marca también la diferencia. 

-El realizador Sergi Minguell trabaja mucho con imagen y foto a la vez. Cuando miras una foto, ves muchas cosas que la imagen en movimiento no te ofrece. Añadimos un fondo musical, porque pensamos que es un momento para frenar y observar. Es un guiño al telespectador: "¿Ves esto? Si te interesa, busca". Y me gusta mucho decir: "La vida continúa". Es una reflexión: "Estamos vivos y disfrutemos. Hemos de tirar para adelante siempre. Mira todo lo que hay, además de tu entorno, para que te des cuenta y valores un poco. Sitúate y descubre quién eres en el mundo".

-Con esa actitud, es difícil que usted pierda la compostura. 

-La información me encanta y no me genera más estrés. Los nervios y enfadarte no te conducen a nada. Te distorsionan. Si tienes un equipo en el que confías, las cosas salen bien. Es un lujo que cuando vas al trabajo te lo pases bien, además de aprender. Y eso se transmite. Tenemos capacidad de improvisar y decidir rápido, sin discusiones importantes. Es una herencia de la radio.

-¿Necesitó más dosis de tila para dirigir los informativos de Catalunya Ràdio que para hacer tele? 

-Es más difícil dirigir: si quieres ser un buen jefe, debes escuchar mucho, y eso implica mucho tiempo y un gran esfuerzo. Un buen jefe debe cargarse más cosas a la mochila, no cambiársela. ¿Y qué ocurre? Que la mochila pesa mucho y llega un momento en que te la tienes que quitar. Disfruto mucho con el conocimiento que adquirí entonces.

-¿En qué medida le afectaría al '23 24' una confluencia de las redacciones de TVC y Catalunya Ràdio? 

-Yo creo en la coordinación. La confluencia se debe hacer muy bien, con un dibujo claro de las partes que tiene la empresa y de cómo encajar las piezas. Y debes tener en cuenta que a veces harán falta extras, porque un medio en concreto necesitará cosas que no tiene el otro. Hay que observar, mirar, tener una hoja de ruta, un proyecto claro y contar con los profesionales. No se puede hacer solo desde los despachos.

-¿Cómo ve la tele en España? 

-Le falta contenido. Hemos de ser más cuidadosos. Le falla el equilibrio entre lo que explicas y cómo lo haces, y el matiz: es un error simplificar las cosas entre buenos y malos. Me quedo con TV-3 con diferencia.

-¿Qué opina de TVE? 

-No la miro, porque no me dice nada. Ha pasado momentos mucho mejores desde el punto de vista informativo.

-¿Y de las injerencias políticas que se están produciendo? 

-Es lo que denuncian los trabajadores. No tengo información de primera mano. Es muy importante que cuando tomas una decisión, o la aceptas, tengas un argumento que sea lo más profesional posible y analices la situación. Cuando las decisiones las tomas sin tener esto en cuenta, vamos mal. Y si esto es lo que pasa con ciertas teles públicas, es fatal. Y eso es culpa de los que mandan y de los que obedecen.

-¿En TV-3 no hay manos oscuras? 

-Trabajo con una libertad que puedo calificar de notable-excelente. Y el día que deje de hacerlo, cambiaré de puesto. "En TV-3 trabajo con una libertad que puedo calificar de notable-excelente".