Tecnología española para ensamblar el "corazón" del proyecto de fusión ITER

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Elena Sánchez Laso

El proyecto internacional ITER, cuyo objetivo es demostrar la viabilidad de la fusión nuclear como fuente de energía, contará con tecnología española para el ensamblaje de su "corazón", una cámara de acero herméticamente cerrada que albergará las reacciones de fusión.

Dicho contenedor o cámara de vacío (vacuum veseel), formado por 9 sectores, un volumen interior de 1.600 metros cúbicos y con unas dimensiones cercanas a los 19,4 metros de diámetro exterior, 11,4 metros de altura y 5.200 toneladas de peso, será desarrollado por la empresa española Equipos Nucleares S.A (ENSA), del Grupo SEPI.

El alcance del trabajo abarcará toda la ingeniería necesaria para procedimientos de mecanizado, ensayos no destructivos de soldadura (ultrasonidos, radiografías, Helio) y metrológica, además de los utillajes y robots necesarios, ha explicado a

El objetivo del ITER, que se ubica en Cadarache (Francia) y cuya inversión sobrepasa los 10.000 millones de euros, es demostrar que la fusión nuclear, la misma que impulsa a las estrellas, pueda ayudar a resolver el problema energético en la Tierra creando una fuente de energía segura, inagotable y respetuosa con el medio ambiente a partir del hidrógeno.

La cámara, con una forma similar a los gajos de una naranja, es la pieza más importante del proyecto, hasta el punto de que podría decirse que se trata del "corazón de la máquina", ha señalado Moreno, para detallar que en su interior, las partículas de plasma girarán continuamente hasta alcanzar 150 millones de grados centígrados y poder reproducir la energía del sol.

Dicha cámara proporciona un entorno de alto vacío para el plasma, mejora la protección contra la radiación, actúa como barrera de confinamiento primaria y proporciona soporte para otros componentes.

Asimismo durante ese proceso, el agua de refrigeración, que circula a través de las paredes dobles de acero del contenedor, será la encargada de eliminar el calor generado durante la operación.

Moreno ha manifestado que la primera fase del proyecto ha concluido ya con la fabricación de una maqueta en las instalaciones de ENSA en Maliaño (Cantabria) a escala 1:1, que simula la cámara de vacío, y donde se han puesto de manifiesto la "viabilidad y eficacia" de las técnicas y herramientas usadas.

A su juicio, la maqueta es una "pieza única" y con ello se demuestra el nivel de "entrenamiento y meticulosidad" con el que se realiza el desarrollo del proyecto internacional ITER, para evitar problemas inesperados y alcanzar un objetivo "cero" en defectos.

En este punto, Moreno ha incidido en que los robots empleados en el montaje de esta cámara de vacío "optimizan tiempos y evitan fallos humanos", dado el tamaño de las piezas, las restricciones geométricas y las estrictas tolerancias que requieren este tipo de tecnologías tan punteras.

A partir de ahora, el siguiente paso es realizar los trabajos de ensamblaje en las propias instalaciones del ITER en Francia durante un periodo estimado de 4 años, en el que también participarán operarios cualificados.