Neil Harbisson, el primer cyborg del mundo

Los límites del cuerpo humano llevan años supliéndose con diferentes instrumentos: gafas, sillas de ruedas, prótesis,... Sin embargo, otras pequeñas carencias en nuestro organismo, como las imprecisiones en los colores que captan nuestros ojos, requieren de unas soluciones más avanzadas, requieren de convertirse en cyborgs.

La palabra 'cyborg', a menudo más relacionada con películas de ciencia ficción que con nuestro día a día, esconde algo mucho más terrenal que el cine futurista de Hollywood. Más allá de los diferentes matices que se le puedan aplicar a la definición de 'cyborg', en general todas ellas vienen a entender este término como una especie de individuos mitad humanos y mitad máquinas. O mejor dicho, "organismos cibernéticos".

Y los cyborgs existen. De hecho, están más cerca de lo que parece. Neil Harbisson está considerado el primer cyborg del mundo y se gana la vida como artista gracias a su capacidad especial. En una entrevista a 'The Huffington Post', Harbisson explica que los cyborgs demuestran como la tecnología puede ser utilizada "como un sentido y no como una herramienta".

'SONOCROMATOPSIA' ARTÍSTICA

Con una antena implantada en su cabeza, el origen de la historia de Harbisson con los colores se remonta a su nacimiento, cuando nació con una rara alteración conocida como 'acromatopsia'. Esta consiste en una deficiencia visual que solo permite ver en blanco y negro -afecta a una de cada 33.000 personas en el mundo-. Ahora, a la condición visual de Neil Harbisson, él mismo le otorga el nombre de 'sonocromatopsia' y consiste en personas con la capacidad especial de tener un sentido extra: la habilidad para escuchar el color.

Si bien hay personas que también pueden escuchar los colores (fenómeno conocido como 'sinestesia'), la peculiaridad de Harbisson es que su antena le permite traducir el color en sonido, lo que le convierte en un cyborg. 

Ahora, el primer cyborg crea coloridos cuadros y da conferencias por todo el mundo sobre su modo de vida. Su capacidad sobrehumana para percibir los colores le permite realizar cuadros artísticos llenos de colores que le han otorgado gran fama y reconocimiento mundial. Sin embargo, el caso de Harbisson es sólo el primer paso de una revolución tecnológica, de una invasión sutil de los cyborgs que amenaza con hacernos ver la vida como nunca antes habríamos imaginado.