La movilidad funciona en tren y en metro pero pincha en coche

Llegada a la estación de Europa Fira de los Ferrocarrils de asistentes al congreso de móviles, ayer.

Llegada a la estación de Europa Fira de los Ferrocarrils de asistentes al congreso de móviles, ayer.

RAMON COMORERA / BARCELONA

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Lunes a primera hora y además estreno del Mobile World Congress con 90.000 asistentes previstos. Atasco asegurado en la Gran Via y además en Aragó, Tarragona y la plaza de Espanya. El colapso duró hasta más allá de las nueve, apertura de puertas de la multitudinaria cita de telefonía en la Fira de L'Hospitalet. Y atrapó a taxis y autobuses. En los primeros hubo usuarios que lamentaron carreras de más de una hora desde el Eixample o Sants. En los segundos, algún conductor aconsejó a su pasaje bajar en Espanya y tomar el metro del Baix Llobregat de FGC, así llegaría antes. La línea L-8 que enlaza con la L-1 y L-3 en el intercambiador de la plaza dobló su capacidad y multiplicó los usuarios. El 28,4% de la feria la eligió, lo que hasta las siete de la tarde supuso un sorprendente aumento del 21% sobre el 2014, frente a un incremento de visitantes en el 2015 de solo el 4,6%. La recomendación de TMB de ir en metro tuvo buena acogida. Por la tarde, el tráfico mejoró, pero hubo colas de 40 minutos para coger un taxi.

Las quejas de muchos damnificados por la congestión circulatoria de la mañana se extendieron por las redes sociales al mismo tiempo que los trenes de FGC absorbían con eficacia más y más pasajeros. Solo los usuarios del transporte de superficie muy previsores y madrugadores no llegaron tarde al estreno. Con tantos vehículos yendo al mismo destino, el carril bus de la Gran Via también se llenó.

FGC informó a última hora que este primer día había transportado 25.600 personas más que un lunes laborable cualquiera, cifra que supera en 4.560 los pasajeros del congreso contabilizados por la operadora en el 2014. Los andenes se fueron llenando tanto por la mañana como por la tarde, tras el cierre. Sin embargo, los seis vagones (normalmente son tres) de los convoyes que pasaban cada cuatro minutos y el refuerzo de 30 trenes más absorbían el pasaje. Hubo esperas pero cortas.

Numerosos informadores se repartieron por los vestíbulos. En las entradas también había carteles que en caso de cola indicaban su duración estimada. La gradación iba de 20 a 5 minutos, según la lejanía respecto a la batería de validadoras. Fueron numerosos los asistentes, según explicaron a este diario, que a la vista del colapso de tráfico matinal y de la espera de al menos media hora para coger un taxi a pie de feria para volver al hotel optaron por el transporte público al salir. La compra de títulos por personas desconocedoras de la red metropolitana registró así una notable afluencia y se ralentizó. Varios asistentes intentaban agilizar la operación.

LARGA ESPERA / La afluencia de taxis fue incesante todo el día en las dos paradas establecidas, una en la salida sur en la avenida de Joan Carles I, junto a la plaza de Europa, y otra en la salida norte en la calle del Foc, pero del todo insuficiente en la hora punta de la tarde. En esta última vía se ha habilitado por primera vez una zona de espera para concentrar más vehículos. A pesar de todo, a partir de las cinco la cola para pillar un taxi en la salida sur superaba los 200 metros de los tres tramos de vallas habilitados. Un cartel de 40 minutos recibía entonces a los pacientes congresistas que elegían ese transporte.

El Instituto Metropolitano del Taxi ha liberalizado desde el domingo y hasta el jueves, cuando acaba el congreso, el horario de trabajo de los profesionales para poder atender el gran aumento de la demanda. El aeropuerto queda excluido.