El mañana ya está aquí

Google está realizando pruebas con un coche sin conductor. La tecnología ya está disponible, aunque el marco regulatorio y legal todavía no, como probablemente tampoco lo está el ser humano desde un punto de vista psicológico después de siglos de conducción manual. El sector del automóvil es un laboratorio de nuevas tecnologías que trabaja en grandes proyectos de futuro relacionados con la propulsión, la conexión a internet, la conducción autónoma y los nuevos materiales más ligeros. El mañana está a la vuelta de la esquina y las áreas de innovación no tienen límites más allá de la seguridad, la capacidad de la sociedad de asimilar estos avances y las fuertes inversiones que deben realizar los países para adaptar las infraestructuras, por ejemplo en el caso de los puntos de recarga del coche eléctrico.

En el 2035, los motores de gasolina y diésel habrán perdido su hegemonía, según las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía. Las tendencias indican que por las carreteras circularán híbridos, coches eléctricos y vehículos propulsados con hidrógeno que estarán repletos de sensores y de tecnologías que interactuarán con el conductor para mejorar la seguridad, la comodidad y la experiencia.

Los grandes gigantes del automóvil, como todas las grandes corporaciones, son lentas a la hora de innovar, a pesar de que puedan dedicar importantes recursos económicos. Por este motivo, la revolución tecnológica de la automoción abre infinidad de oportunidades para que compañías tecnológicas más pequeñas y proveedores del sector desarrollen nuevas aplicaciones relacionadas con la movilidad, la seguridad, el ocio o la sostenibilidad energética.

Catalunya ha sido siempre un centro importante de know how del sector del automóvil con dos empresas que han ejercido de tractoras: Seat y Nissan. A su alrededor se ha formado un rico tejido de proveedores que ha sabido evolucionar tecnológicamente para suministrar aplicaciones y componentes de primer nivel. El fuerte cambio que está viviendo el sector brinda ahora una oportunidad al clúster del automóvil si cuenta con un apoyo decidido de los centros de innovación públicos y de la Administración. También el hecho de que el Mobile World Congress (MWC) haya renovado en Barcelona debería ser un catalizador para el desarrollo de este sector. En la última edición de la feria tecnológica se presentaron tecnologías relacionadas con el motor. Y el hecho de que la capitalidad del móvil está en Barcelona debería aprovecharse durante los próximos ocho años para impulsar proyectos relacionados con el automóvil. Con dos fabricantes de coches en Barcelona, un tejido de proveedores y una apuesta por la tecnología vinculada al MWC, Catalunya cuenta con los ingredientes para ocupar una buena posición en el mapa mundial del motor. Que no se pierda una oportunidad por falta de visión.