Alerta en el cauce

Evacuación forzosa de vecinos en al menos dos poblaciones de Zaragoza por la subida del Ebro

La crecida ha llevado el nivel del agua a más de ocho metros en Pradilla

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El alza del caudal del Ebro ha requerido la evacuación forzosa de al menos dos pueblos hasta la tarde de este sábado. El servicio de Protección Civil y Seguridad del Gobierno de Aragón ha decidido la evacuación forzosa de los vecinos que aún permanecían en Boquiñeni (Zaragoza). En Boquiñeni viven unas 950 personas y, según han informado a EFE fuentes del Gobierno de Aragón, parte de los vecinos ya habían abandonado por la mañana voluntariamente el municipio ante la amenaza de las aguas. Antes de la llegada de la noche está previsto que el nivel del Ebro haya llegado a un máximo en esta zona. Se espera que entre hacia las 6h de este domingo se alcance la crecida máxima en la ciudad de Zaragoza, con 2.118 hm3 por segundo, lo que se considera ya una crecida excepcional (unos seis metros de profundidad en Zaragoza). En periodos de sequía el caudal llega a 32 m3 por segundo en Tortosa, por ejemplo. 

Los vecinos de Boquiñeni han sido trasladados al pabellón municipal de la localidad de Luceni, salvo los que decidan alojarse en viviendas de familiares o amigos. El puesto de mando avanzado del operativo del 112 SOS Aragón ha sido trasladado de Boquiñeni a Luceni. Especial atención por la crecida del río requieren Pradilla, Boquiñeni y Cabañas de Ebro, que es el siguiente pueblo al que tiene que llegar la cresta de la avenida.

CAUDAL

El caudal del Ebro ha alcanzado en la localidad de Pradilla (Zaragoza) una altura de 8,10 metros por la mañana, lo que ha supuesto que el agua ha llegado a estar "a ras" de la mota de contención. Desde la madrugada del sábado, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y la empresa pública Sarga han llevado a elevar en medio metro la mota, las tierras que fijan el nivel de contención para desviar el agua, para evitar que el Ebro se desborde.

La clave de un alza del nivel del agua como esta es la velocidad con la que llega la punta de la crecida, ya que si lo hace lentamente dará tiempo a agrandar la altura de la mota, pero si llega muy rápido no será posible, el río la puede sobrepasar y el agua puede entrar en los pueblos.

DESALOJO DE PRADILLA

Ante el peligro de desbordamiento, se decretó de madrugada el desalojo forzoso de los vecinos de Pradilla --que tiene censados unos 600 habitantes--. Las personas impedidas han sido trasladadas a la residencia de Figueruelas y las mujeres, niños y personas mayores al pabellón de Tauste y a otras viviendas particulares. Mientras, los hombres permanecen en la población ayudando con tractores al personal de la CHE, que está llevando tierra en 29 camiones para intentar elevar la mota.

Los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias han achicado agua en Novillas y vigilado la situación en Alcalá de Ebro, ya que en una zona del pueblo hay una sima y se podría hundir el terreno. Y en Cabañas, porque se ha evaluado romper una mota agraria para inundar campos, rebajar el nivel del río y evitar así que salte la mota de contención que protege el casco urbano.

CARRETERAS

La noche del viernes al sábado se vivió una situación de incertidumbre porque los caudales seguían subiendo significativamente por encima de las previsiones. Han sido afectadas casi todas las carreteras de la zona, especialmente las que unen Tauste con Novillas, Boquiñeni con Pradilla y Alagón con Tauste la altura de Remolinos. En términos generales deben evitarse todas las carreteras secundarias próximas al cauce habitual del Ebro, desde Navarra hasta Catalunya.

CATALUNYA

En Catalunya, la Direcció General de Protecció Civil de la Generalitat (DGPC) ha pedido prudencia a la población ante el aumento del caudal del Ebro. El cuerpo mantiene la prealerta del plan Inuncat por el "elevado caudal persistente en el río" con motivo de las operaciones de desembalse que se realizan para dar cabida a las aportaciones de agua llegadas de las lluvias de los últimos días.

El Ebro ya se desbordó el viernes en la zona de la Ribera de Navarra, donde inundó unas 20.000 hectáreas. Tudela fue una de las ciudades más afectadas, con varias calles del casco viejo anegadas.