Vergüenza de ser pobre

cmontanyes37405328 barcelona 23 02 2017 tema pobreza enrique soriano   de 84 a 170224195746

cmontanyes37405328 barcelona 23 02 2017 tema pobreza enrique soriano de 84 a 170224195746 / periodico

TERESA PÉREZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A la pobreza se llega por distintos caminos. Hay una hereditaria, que pasa de generación en generación, y otra invisible, la de clase alta y media-alta, que ha atrapado a las personas que disfrutaron de días de vino y rosas y de una vida holgada que ha ido cada vez a menos. Es un colectivo formado por profesionales liberales, arquitectos, ingenieros y economistas… que quedó atrapdo por la crisis económica; viudas que en su día tuvieron patrimonio y lo han malvendido al morir el marido. También hay pequeños empresarios, la mayoría autónomos, que para salvar el negocio han hipotecado la casa y se han quedado sin hogar y sin negocio.

El problema llegó al extremo de que la patronal de la Petita i Mitjana Empresa de Catalunya (Pimec) creó una fundación que el año pasado atendió a 250 pequeños empresarios que han descendido de su clase social y desde el comienzo de la crisis ha auxiliado a 750 familias. También la entidad  Amics de la Gent Gran  ha constatado esta cara de la pobreza sobrevenida. "No se lo esperaban. Les explicamos a qué tienen derecho y que acudir a servicios sociales no es nada malo", señala Albert Quiles, director gerente de la entidad. De esta pobreza es consciente Teresa Crespo, presidenta de Entitats Catalanes d’Acció Social (ECAS), que apunta que ingenieros, economistas y abogados forman parte del público que acude a informarse sobre pobreza energética.

NO PIDEN AYUDA

Las entidades sociales denominan a este fenómeno “pobreza vergonzante”, la que afecta a personas de clase social alta y media-alta que tienen una necesidad, pero no se atreven a pedir ayuda porque les da vergüenza, apunta Mercè Darnell, responsable de Acció Social de Cáritas. “No van a los servicios sociales porque creen que allí solo van los pobres y ellos nunca lo han sido y nunca pensaron que llegarían a serlo", añade Crespo, que concluye que este colectivo tarda tanto en pedir ayuda que, a veces, cuando lo hace, el problema tiene una difícil solución”. Darnell reconoce que “no acuden a sitios donde va la gente pobre porque no quieren que se les identifique como tales”. Y explica el motivo: “Como las ayudas sociales no son un derecho universal, la gente tiene que demostrar que las necesita, y eso les avergüenza”. 

Quiles recuerda que "hay toda una generación de personas mayores que se queja muy poco. Cualquier cosa les parece bien. Utilizan el carro de la compra como apoyo para poder caminar y si viven en pisos grandes de renta antigua hacen vida en una parte de la casa porque a la otra tienen que acceder subiendo unos escalones, pero no pueden reformarlos para poner una rampa. Nosotros les asesoramos y les informamos de que tienen derecho a ayudas". Darnell lamenta que si las pensiones se recortan aún más, la pobreza vergonzante aumentará. 

Las entidades sociales reconocen que a estos colectivos les da tanto apuro pedir ayuda que cuando lo hacen siempre se refieren a “un amigo o a un familiar que está atravesando un mal momento, cuando en realidad son ellos los afectados”. Además tienen un reto: no saben moverse por los diferentes organismos que les pueden echar una mano porque "nunca lo han hecho", apunta Crespo. Además, como las ayudas no están unificadas en cada ventanilla, "hay que demostrar que eres pobre", afirman las entidades. 

EXPERIENCIA DOLOROSA

La pérdida de estatus social "es una de las experiencias más dolorosas para el ser humano y se halla claramente realacionada con la depresión", explica Jose Achoteguipsiquiatra y profesor titular de la Universitat de Barcelona (UB). A su juicio, las personas somos malas perdedoras "y por no aceptar perder algo, podemos acabar perdiendo mucho más, incluso podemos perderlo todo". "Para compensar esa tendencia -concluye- tan intensa a sobresaltarnos con las pérdidas relevantes hay un mecanismo, una estrategia denominada duelo que nos permite tomar distancia de las cosas que hemos perdido".

Esta pobreza que afecta a la clase alta y media-alta se puede constatar en muchas de las reuniones de los colectivos de la tercera edad. “Siempre hay una señora bien vestida que te explica que no puede vivir porque la pensión no le llega”, reconoce Crespo. Son viudas que residen en grandes pisos, pero no tienen ingresos. La presidenta de ECAS añade que a estos casos se ha sumado un nuevo perfil; el de los profesionales de carreras universitarias que se han quedado en paro por la crisis. “Personas con un buen sueldo, que vivían al día y no ahorraron. Se quedan en paro y al agotar la prestación no saben dónde acudir y se desesperan. Esta situación provoca depresiones y angustias y ha hecho que aumenten los suicidios”, añade Crespo.