Un único juicio revive el desalojo del 15-M en la plaza de Catalunya

El diputado de la CUP David Fernàndez acusa a un mosso de golpearle con la porra

JESÚS G. ALBALAT / Barcelona

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El polémico desalojo del 27 de mayo del 2011 por parte de los Mossos d’Esquadra de los indignados acampados en la plaza de Catalunya de Barcelona se revivió este lunes en los juzgados de Barcelona. El principal proceso por las cargas policiales fue archivado. Sin embargo, una denuncia siguió adelante y, dos años y medio después se ha celebrado el juicio de faltas contra el subispector de una unidad de orden público de la policía autonómica, Jordi Arasa, acusado de golpear con la porra al periodista y actual diputado de las CUP David Fernàndez, que también explicó que recibió una patada.

El dirigente de la formación independentistas se quedó solo a la hora de acusar al agente, para quien pidió 300 euros de multas por una falta de lesiones y otra de vejaciones injustas y una indemnización de 1.010 euros (cantidad que piensa destinar a fines sociales). Y es que la Fiscalía de Barcelona, al igual que el abogado del mosso, reclamó la absolución del policía porque, en su opinión, «no se puede afirmar que hubiera una extralimitación policial».

Humillación

El diputado explicó al juez que el subinspector, al que pudo identificar porque llevaba la visera del casco levantada y porque le reconoció de otras intervenciones policiales, le propinó 11 golpes con la porra en el brazo y la pierna en apenas 40 segundos cuando estaba sentado en un parterre, así como una patada el la tibia. Feràndez tuvo que ser asistido en el hospital Clínic y siguió tratamiento médico. «Me sentí agredido como persona y como ciudadano profundamente humillado. Era una humillación colectiva. No tenía sentido esa violencia institucional», aseguró.

El subinspector acusado, al que el fiscal ni interrogó, era el jefe del operativo y admitió era «muy probable» que hubiera golpeado con la porra a Fernàndez. Explicó que los indignados que intentaban impedir el desalojo de la plaza lanzaron «golpes y escupinajos» a los agentes y opusieron una «resistencia activa». «En ningún momento se agredió a nadie sin avisarlo», precisó, tras relatar que el uso de la fuerza, autorizado por sus superiores, fue «progresivo» y que los mosso «no van golpeando sin parar, dan opciones». Negó que asestara la patada al diputado. El abogado de la acusación, Jaume Asens, criticó en un informe la actitud «contemplativa y displicente» mostrada por la fiscalía.