ENIGMÁTICO FENÓMENO CÓSMICO

Una gran burbuja en el cielo

András Kovács, investigador del Institut de Física d'Altes Energies, en el campus de la UAB.

András Kovács, investigador del Institut de Física d'Altes Energies, en el campus de la UAB.

MICHELE CATANZARO
BARCELONA

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Una desmesurada burbuja semivacía emplazada en la constelación de Eridanuses la mayor estructura del Universo conocido. Este desierto esférico, que mide 1.800 millones de años luz de punta a punta y dista otros 3.000 millones de la Tierra, contiene 10.000 galaxias menos que las que le tocaría por sus dimensiones, un 20% menos que el promedio del cosmos.

"Un espacio tan grande y de tan baja densidad es una rareza. No esperamos que haya muchos más de este tamaño. Además, en cuanto a cómo se ha generado, está todo por entender", explica András Kovács. Este físico húngaro de 28 años construyó el mapa tridimensional de esa zona del cielo que le permitió identificar la grandiosa burbuja, junto a un equipo coordinado por Istvan Szapudi, de la Universidad de Hawái.

El resultado se publicó el pasado 20 de abril. Desde octubre, Kovács está afincado en Barcelona, donde trabaja en el Institut de Física d'Altes Energies (IFAE). Entender mejor el supervacío podría arrojar luz sobre uno de los grandes misterios del Universo: por qué se está expandiendo de forma acelerada.

La pista que llevó al descubrimiento es otro misterio. En el 2004, un grupo de investigadores de Cantabria, Francia y Estados Unidos detectó una anomalía en un mapa muy especial del Universo: el llamado mapa de la "radiación cósmica de fondo", que representa la radiación emitida por el Big Bang que aún hoy impregna todo el cosmos. Los científicos apreciaron una rareza en el hemisferio galáctico sur, en correspondencia con la constelación de Eridanus: un punto del mapa donde la radiación es especialmente fría.

Casualidad, o no

"Hay áreas más frías o más calientes en la radiación cósmica, pero la transición entre unas y otras suele ser suave. Por el contrario, este punto frío está en medio de una zona caliente", explica Kovács. Este fenómeno no se explica con los modelos actuales del Big Bang. En los últimos años se ha aventurado incluso que el punto frío fuera un puerta hacia un universo paralelo.

Kovács dedicó su tesis doctoral a catalogar y cartografiar las galaxias próximas al punto frío. Y fue gracias a su mapa que se identificó un supervacío justo en correspondencia con el punto frío. "Es muy improbable que las dos cosas coincidan por casualidad", observa el científico.

Kovács explica la relación entre las dos cosas con una metáfora. "La luz de la radiación de fondo tiene que cruzar el supervacío para llegar hasta nosotros. Es como si una pelota tuviera que subir una colina y volver a bajarla. En condiciones normales, la energía perdida para subir se recupera en la bajada, pero en este caso no ocurre", explica el astrofísico húngaro. Por alguna razón, la radiación pierde energía al cruzar el vacío, y por esto se ve un punto más frío en el mapa, según Kovács.

La explicación de este fenómeno remitiría a un comportamiento fundamental del Universo: el cosmos se está expandiendo y, además, lo hace a una velocidad cada vez mayor. Este hecho se descubrió en 1998 -y sus tres descubridores fueron galardonados con el premio Nobel en el 2011-, pero aún constituye un misterio para los científicos. "El efecto de la expansión es parecido a estirar la colina a medida que la pelota escala por ella: cuando vuelve a bajar, la colina está más baja que en la subida, y la pelota no recupera toda la energía inicial", explica el científico. En otras palabras, la mancha fría no sería nada más que un testigo de la expansión del Universo, que estira el supervacío.

Marcos Cruz (Universidad de Cantabria), uno de los descubridores del punto frío, tiene dudas sobre esta interpretación. "El supervacío explica tan solo una parte (un 20%) de la temperatura del punto frío", afirma. Cruz se inclina por una coincidencia casual. Según él, el punto frío sería algo más que una especie "efecto óptico": podría ser el testigo de un defecto cósmico aparecido poco después del Big Bang, que solo una nueva teoría física podría explicar.

Kovács admite el problema y hace dos semanas se dispuso a liderar un proyecto que, para intentar aclarar el asunto, pretende analizar otro catálogo de galaxias. "La oportunidad de analizar estos datos es una de las razones por las cuales estoy en el IFAE", explica. Kovács espera que entender mejor el supervacío y su relación con el punto frío podría decir mucho sobre el gran misterio de la expansión acelerada del Universo.