Tres semanas con el Barri Vell blindado

En un rodaje de la magnitud de Juego de Tronos no todo son ventajas. Hay restricciones e inconvenientes sobre la movilidad y la vida diaria de los vecinos que ponen a prueba la paciencia de las familias que viven en las proximidades de las zonas de la ciudad en las que trabaja la productora. En Girona, con casi una decena de localizaciones, no podía ser menos. Días antes de que empezaran las afectaciones, el ayuntamiento repartió 4.000 folletos entre los vecinos del Barri Vell con información sobre las restricciones de aparcamiento y movilidad que se llevarían a cabo.

Posteriormente entregó 1.200 acreditaciones para permitir el acceso a las zonas sensibles a los habitantes afectados y cada semana mantiene una reunión con la asociación de vecinos para informarles de las nuevas zonas en las que se limitará el paso. «Los vecinos más afectados han sido contactados por la propia productora, que los acompañará a la hora de entrar y salir de sus casas cuando se esté rodando. También hay cinco establecimientos comerciales que deberán cerrar unos días, a los que se ha indemnizado», explica el concejal de Seguridad y Movilidad, Joan Alcalà.

QUEJAS

Los vecinos del Barri Vell son conscientes de la importancia que tiene para la ciudad el rodaje de la serie y no quieren airear confrontaciones con el consistorio. No obstante, han trascendido sus quejas por el secretismo que rodea el rodaje y el hecho de que se les informe sobre las restricciones con tan escaso margen de tiempo.

Respecto a la oposición municipal, el único grupo que hasta ahora ha alzado la voz ha sido la CUP, que ha mostrado su preocupación por la «privatización total» de la ciudad y por el hecho de que el rodaje «bloquee» los derechos de los vecinos durante tres semanas.