VÍCTIMAS DEL SUEÑO

Tres chinos mueren tras pasar días sin dormir para ver el Mundial, según la agencia Xinhua

Aficionados chinos ante de la Copa del Mundo

Aficionados chinos ante de la Copa del Mundo / Emilio Naranjo

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Según ha informado este martes la agencia oficial de noticias china Xinhua, la cifra de muertes en el país por trasnochar para ver los partidos del Mundial se ha elevado a tres. El primero, un joven de 25 años, fue encontrado sin vida el pasado sábado delante del televisor, en la localidad de Suzhou, pocas horas después de que finalizase el partido que enfrentaba a España contra Holanda (1-5). Los médicos del Hospital Popular de Xiangcheng relacionaron su muerte con "una excesiva falta de sueño", provocada por "agotamiento físico" o un posible "ataque al corazón" tras pasarse varias noches sin dormir para ver los primeros partidos del Mundial.

El segundo fallecimiento ocurrió durante el mismo partido. Li Mingqiang, un exfutbolista profesional, murió por un fallo cardíaco tras acumular demasiadas horas sin dormir. Y el tercer caso, Zhou, un aficionado de 39 años que llevaba despierto tres noches consecutivas para poder seguir los partidos desde Shanghái, cayó tras finalizar el Uruguay-Costa Rica

El desfase horario mata

Debido a la diferencia de horario entre China y Brasil, que puede ser de hasta 11 horas, muchos aficionados orientales se ven obligados a sacrificar sus horas de sueño si quieren ver en directo los partidos. Los horarios de los encuentros de este Mundial, para un ciudadano chino, oscilan entre la medianoche y las seis de la madrugada, y los más forofos se reenganchan a la jornada laboral sin haber descansado.

España, Italia y Brasil son las selecciones con mayor número de aficionados en el país más poblado del mundo, que en muy pocas ocasiones ha podido disfrutar viendo a su equipo nacional disputar un Mundial. Durante Sudáfrica 2010 y Alemania 2006, así como en pasadas Eurocopas, ya se reportaron algunas muertes, o trastornos, relacionadas con el agotamiento físico después de pasarse días sin pegar ojo, sólo para ver a sus ídolos en vivo.