jóvenes inmigrantes

Infructuoso viaje de Lampedusa a Lleida en busca de trabajo

La posibilidad de encontrar un empleo en la cosecha de fruta atrae a jóvenes inmigrantes llegados en patera a Italia

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María Jesús Ibáñez / Lleida

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Se llama Amed, tiene 21 años y lleva un mes y medio buscando trabajo en la campaña de la recogida de la fruta de Lleida. No ha tenido, hasta ahora, demasiada suerte. Duerme en la calle, sobre unos cartones, junto a los muros de la catedral. "Las cigüeñas de la iglesia son mi despertador", sonríe. Desde la puerta del antiguo convento de Santa Clara, donde acaba de recoger una bolsa con el desayuno, muestra el rincón en el que ha pasado la última noche, la del domingo al lunes. "No estoy solo, somos muchos", asegura. ¿Cuántos? "Muchos, no le sé decir, pero más de una veintena", responde mientras ruega que no le hagan fotos.

Amed es de Mali, pero ha llegado a tierras leridanas procedente de Italia. Salió a mediados de junio de un centro de internamiento para extranjeros de Lampedusa porque le dijeron que aquí iba a poder trabajar.No debió de venir solo, porque entre las personas que están atendiendo estos días, los servicios sociales del Ayuntamiento de Lleida han detectado a varias decenas procedentes de la isla italiana. "Pero no está siendo tan fácil como nos dijeron, lo primero que piden son los papeles... Y yo solo he encontrado pequeñas cosas, a días sueltos, durante un par de semanas", se lamenta el joven. 

También Koné lleva una bolsa de plástico con un panecillo y un batido de chocolate. También es de Mali y también tiene 21 años, pero él solo lleva una semana en Lleida y prefiere no explicar cuál ha sido su periplo antes de encontrarse pasando la noche entre cartones en la calle. "Yo no voy aguantar muchos días por aquí. Si no encuentro nada, seguiré mi camino", proclama.

Plazas tomadas

Las plazas del casco viejo de Lleida están tomadas estos días por una legión de jóvenes transeúntes, inmigrantes cargados con maletas, que se mueven al son de las horas de reparto de comida. A las nueve, se encaminan hacia Santa Clara. A las 12.00, al comedor Jericó. Y si hay suerte y se consigue un cupón, la cena será en el albergue de La Panera, donde espera un plato caliente. Entre medias, entrevistas con los servicios sociales y visitas a los sindicatos agrarios a ver si sale alguna oferta de empleo.

"Si Lleida vive este año esta situación no es porque la hayan provocado los agricultores", se defiende Ramon Comes, responsable de la campaña de temporeros en el sindicato Unió de Pagesos (UP). "Es cierto que al principio del verano, como se preveía una buena cosecha, se necesitó mucha mano de obra y eso alimentó un 'efecto llamada', pero también es cierto que no todos los jornaleros vienen a recoger fruta", subraya Comes. "Son gente dispuesta a trabajar en cualquier otro sector, si se les ofrece un contrato", asegura el portavoz de UP, que de este modo rechaza las críticas que en los últimos tiempos se están vertiendo contra los empresarios agrarios, a los que se atribuye el colpaso que vive la ciudad.

"¡Yo me voy ya!", anuncia otro joven jornalero, harto de deambular por la capital leriadana y que pide no dar su nombre. "He reunido dinero y me marcho a Ivars d'Urgell, que allí hay trabajo", dice al tiempo que recoge del suelo una mochila cargada hasta los topes y una gran bolsa de loneta a cuadros, donde transporta más enseres. El billete se lo paga él mismo, con sus propios recursos, precisa. "Un dinero que ya tenía", suelta.

La aclaración no es baladí. La semana pasada algunos colectivos acusaron al Ayuntamiento de Lleida de estar pagando el viaje a otras zonas agrarias de España a temporeros sin trabajo, para quitarse el problema de encima. El consistorio admite haberlo hecho, pero precisa que "se trató de solamente cinco personas con un contrato de trabajo, todas ellas, en el lugar de destino", indica el concejal de Serveis Personals, Xavier Rodamilans. "Es una opción prevista por los servicios sociales -asegura el edil-, igual que cuando el ayuntamimento paga recibos de gas o de luz a familias vulnerables, también ayuda a un trabajador sin recursos a desplazarse allí donde pueda desarrollar un empleo".