Un grupo de Casuals provocan una refriega con los Mossos en un juicio

El tribunal amonesta a los encausados, que seguirán en la vista, a pesar de la petición de la fiscalía

Varios mossos custodian a miembros de los Casuals.

Varios mossos custodian a miembros de los Casuals. / Joan S. Puig Pasqual

J. G. ALBALAT / Barcelona

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Batalla campal en una sala de juicios. Insultos, golpes e intervención de los Mossos d¿Esquadra. Una docena miembros de los Casuals, aficionados radicales y violentos del F. C. Barcelona, que están siendo juzgados en la Audiencia de Barcelona por presunta extorsión a responsables de discotecas, han protagonizado hoy lunes una refriega a empujones y golpes con los agentes de la policía autonómica que les custodiaban. Los procesados empezaron con insultos y amenazas a la prensa, continuaron con la tangana al protestar por el incremento de las medidas de seguridad y acabó con una simple advertencia a los procesados por parte de la presidenta del tribunal, Elena Guindulain, a pesar de la acusación pública había reclamado que todos los acusados fueran expulsados del juicio por el «grave problema de seguridad» ocasionado. Las defensas se opusieron y criticaron al actuación policial.

Hay tres miembros de los Casuals heridos (uno de ellos ha sido trasladado a un hospital, aunque por la tarde ha vuelto) y otros tres también han recibido asistencia médica por ataques de ansiedad a raíz de los altercados. Además, cuatro agentes de los Mossos d'Esquadra han resultado lesionados de escasa consideración, según ha explicado la policía catalana.

Más seguridad

En la sección quinta de la Audiencia de Barcelona estaba previsto hoy el trámite de conclusiones del juicio que desde el pasado mes de abril se celebra contra una treintena de miembros de los Casuals a los que se acusa de extorsiones, robos, tenencia de armas, tráfico de drogas e intentos de asesinato, por lo que algunos de los procesados se exponen a más de cien años de prisión. La sesión ha comenzado con un inusual refuerzo de las medidas de seguridad, ya que algunos de los 11 procesados que se encuentran en prisión han sido conducidos al juicio por efectivos de los GEI, grupo de élite de los Mossos d'Esquadra, armados y con los rostros cubiertos con pasamontañas.

El impresionante despliegue policial ha provocado las protestas de un acusado, al que la presidenta de la sala, Elena Guindulain, ha expulsado del juicio, en una decisión que ha encendido al resto de procesados y a los familiares que estaban entre el público. Los acusados se han levantado en bloque y han manifestado al tribunal que, en un gesto de solidaridad con el expulsado, también abandonaban el juicio, por lo que los agentes que custodiaban a los procesados los han rodeado para evitar que salieran.

Intercambio de golpes

En esos momentos, se ha iniciado una refriega en la que los acusados, algunos de ellos todavía con las esposas puestas, han intercambiado golpes y empujones con los mossos d'esquadra, que han empleado la fuerza para reducirlos utilizando en algunos casos sus armas reglamentarias, como defensas extensibles. El juicio se ha suspendido durante un tiempo. Después, la fiscalía ha solicitado la expulsión de todos los acusados del juicio por "el grave problema de seguridad" creado, mientras las defensas se oponían a esa medida, criticaban el exceso de seguridad y  la actuación de los Mossos, a la vez que se comprometían a que sus clientes no provocarían más altercados.

Los argumentos de la defensa han convencido a la presidenta del tribunal que, al final, ha ido llamando uno a uno de los acusados y les ha preguntado si se comprometían a guarar "el debido respeto a la sala, guardar silencio y no hacer comentarios". En definitiva, como le ha dicho a uno de los procesados, "a portarse bien". Todos han contestado afirmativamente. Tras ello, la jueza les ha advertido que si no cumplían su palabra serían expulsados definitivamente. Y así, uno a uno, han ido volviendo al banquillo de los acusados. A alguno, eso sí, no ha podido dismular su satisfacción.