EL ESTADO DE LA CUESTIÓN TRAS LA EXPLOSIÓN DE LA BURBUJA INMOBILIARIA

Una sangría creciente

Maletas hechas 8 Vecinas de Barcelona tras evitar el desahucio de su vivienda, el año pasado.

Maletas hechas 8 Vecinas de Barcelona tras evitar el desahucio de su vivienda, el año pasado.

TONI SUST
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La primera vez fue justo hace dos años. El aniversario se cumplió el domingo. El 4 de noviembre del 2010, laPlataforma d'Afectats per la Hipoteca(PAH) frenó su primerdesahucio. Fue en La Bisbal de Penedès (Baix Penedès). Lluís Martí, que entonces tenía 52 años, y su hijo, de 9, estaban a punto de perder su casa, en la que vivían, y viven, desde el 2002.

El día a día de los miembros de las comisiones judiciales ha cambiado mucho desde entonces. Porque aquel día la procuradora de Caixa Tarragona (hoy CatalunyaCaixa) encargada del caso no se amilanó. Martí estaba encerrado en la vivienda y ella advirtió: «Vamos a llamar a los Mossos, no podemos hacer otra cosa. Es la tercera vez que venimos». Hace tiempo que es frecuente que las comisiones judiciales ya no se encaren con decenas de personas concamisetas verdesde la PAH. Pasan de largo, comunican discretamente que el desalojo queda aplazado.

Datos inquietantes

Desde el caso de Martí, y a tenor de los datos de la propiaPAH, desde el suyo el grupo ha parado ya 453 desahucios. Son muchos, uno cada dos días. Pero por desgracia, una gota en el océano a la vista del último y trágico récord de desalojos: 532 al día en el segundo trimestre del 2012, según datos del Consejo General del Poder Judicial.

Dicho así parecen solo números, pero son algo más: desde enero ha habido en España 94.502 desahucios. Desde el 2008, más de 190.000. El proceso ha ido a peor, como la propia crisis, y si hay algo positivo a lo que cogerse es el cambio de chip que ha vivido la sociedad respecto de esta cuestión.

Porque no hace tanto que en las charlas de café se castigaba al desahuciado bajo la premisa de que sin duda compró una viviendapor encima de sus posibilidades. De que había sido irresponsable y de que debía pagar. Imagina que todos hiciéramos lo mismo, apuntaba el dedo acusador.

Pero ese discurso ya no existe y se ha impuesto la convicción de que es inaceptable que los bancos acorralen a sus clientes. Los amenazados por la guillotina bancaria han sufrido un cambio que la portavoz de la PAH,Ada Colau, destacaba hace tiempo: «Antes la gente nos llegaba avergonzada. Ahora vienen con rabia». La sociedad, cada vez más, abraza el discurso de que algo hay que hacer con tanta ciudadanía paralizada: «Si los ciudadanos no pueden volver a empezar, el país no podrá volver a empezar». Ella afirma que no puede haber un cuarto rescate bancario mientras no se atiende a los afectados. Y se felicita por la «presión social» contra los desahucios, el apoyo de la gente a la causa, las mociones de ayuntamientos en favor de la dación en pago. «Es un clamor popular. El cambio de la ley está cada vez más cerca», sostiene.

Para la PAH, las personas que ven amenazada su primera vivienda y las que compraron de buena fe son las que merecen ser defendidas. En ellas se pensó cuando tiempo atrás se abrió la recogida de firmas vinculada a una iniciativa legislativa popular que persigue que la dación en pago, vigente en algunos estados de EEUU y en el Reino Unido, lo sea también en España.

500.000 firmas

LaILPpersigue lograr 500.000 firmas para que el Congreso debata sobre la dación. De entrada, el plazo final previsto para la recogida era el 1 de noviembre, pero se amplió hasta el 25 de enero del 2013.

Con la opinión pública a favor, la PAH confía en lograr pronto el cambio de paradigma final. Por el camino se han intentado encontrar varias soluciones que no han llegado a buen puerto. Por ejemplo, los proyectos fallidos de varias instituciones con el fin de lograr una salida, como alquiler social, para miles de pisos vacíos propiedad de los bancos.

De lo que se trata es de desandar en lo posible el camino que llevó a España a pasar de tener tantos inquilinos como propietarios en 1950 a contar con nueve propietarios por inquilino en el 2007.