Visperas del primer aniversario de los indignados

Ruptura en el 15-M

La división de Democracia Real Ya en dos bandos pone en situación crítica al colectivo que fue principal impulsor del movimiento en Madrid

Un puesto de Democracia Real Ya en la acampada de la Puerta del Sol, hace un año.

Un puesto de Democracia Real Ya en la acampada de la Puerta del Sol, hace un año.

MANUEL VILASERÓ
MADRID

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El 29 de marzo el Twitter de Democracia Real Ya (DRY) mostró cierta comprensión con los incidentes y enfrentamientos con la policía registrados en la manifestación de Barcelona.«Hay quien considera vergonzoso que se quemen cuatro contenedores pero no se indigna porque cada día sean desahuciadas 40 personas solo en Catalunya». Podía haber sido un mensaje más, pero para algunos de los fundadores del colectivo que impulsó el 15-M era la gota que colmaba el vaso.«Dos personas controlan la cuenta oficial de Twitter y no hay manera de que se sometan a la voluntad del colectivo, aunque mensajes como ese hagan apología de la violencia en contra de nuestros principios».

Lo cuenta Pablo Gallego, uno de los integrantes del movimiento que a raíz de hechos como este decidieron impulsar la creación de una asociación en cuyos estatutos se regulara jurídicamente«la toma de decisiones, la resolución de conflictos y la elección de los portavoces».Debía ser el fin del asambleísmo puro que eterniza la toma de decisiones y hace que«acaben controlándolo todo una camarilla que no ha elegido nadie», explica su compañero Fabio Gándara. Porque no todo el mundo está dispuesto a participar horas y horas en reuniones interminables. La primera alarma se encendió para estos activistas cuando comprobaron que las 2.000 personas que participaban en junio del año pasado en las actividades eran ya solo 250.«Hay nodos [delegaciones en ciudades], como el de Cádiz, unipersonales», apunta Gallego.

«Para poner fin a esa degradación convocamos una asamblea. Aprobamos inscribir la asociación en el BOE con unos estatutos que podrían modificarse en la primera asamblea de la nueva entidad», explica. Asistieron unas 100 personas, pero las 150 restantes la consideraron ilegítima al no haber sido convocada por un 75% de los activistas.

El resultado ha sido que cinco de los promotores de la asociación, Gándara, Gallego, Carlos Paredes, Miguel Yarza y Olga Mikhaylova fueron expulsados el pasado viernes como«creadores de la trama»que ha registrado la asociación«saltándose todos los protocolos de democracia interna, manipulando al colectivo e intentando hackear la cuenta de Twitter de DRY Madrid», según un comunicado hecho público por el colectivo a raíz de la expulsión.

Un portavoz del colectivo acusa a los activistas de falsear la realidad porque«a la asamblea simplemente le informaron de que la asociación ya estaba creada».«No estamos contra la idea de una asociación. Esta opción es legítima, pero no la forma unilateral con que lo han hecho», remacha.

Cada uno de los bandos se ha atrincherado en sus herramientas de internet. Los impulsores de la asociación controlan la página de Facebook de DRY, con 400.000 seguidores, y los defensores de la ortodoxia asamblearia, las cuentas de Twitter, la más importante de las cuales cuenta con 138.000 seguidores. Desde las redes sociales se han lanzado acusaciones mutuas que han llegado al insulto las más de las veces.

Ambos bandos son conscientes de la inoportunidad del enfrentamiento en vísperas de la movilización que situará a los indignados en el centro de todas las miradas. Pero es imposible frenarlo. Ayer trascendió un acuerdo para expulsar a otros 44 activistas del conjunto de España. Una auténtica«caza de brujas»,segun denuncian los afectados.

Los expulsados consideran que siguen perteneciendo al colectivo. Al fin y al cabo no hay ninguna norma establecida para llevar a cabo este tipo de purgas, no hay nada escrito ni personalidad jurídica que lo permita. Regular este tipo de cuestiones es precisamente lo que pretenden los expulsados.«Somos tan pocos que la realidad es que 20 personas de Madrid han expulsado a 16. Eso no es democracia, es totalitarismo», apostilla Gallego.

Con estas cifras DRY puede estar caminando hacia la irrelevancia.

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