El tijeretazo en educación

El recorte de Wert eliminará la mitad de becas en secundaria

Lidia Company, sentada en un banco en Sant Joan Despí, ayer.

Lidia Company, sentada en un banco en Sant Joan Despí, ayer.

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / Barcelona
ANTONIO M. YAGÜE / Madrid

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La mitad de los estudiantes que aprueban el último curso de la educación secundaria obligatoria (ESO) en Catalunya lo hacen con una nota inferior a 6. Esto, los que aprueban, aquellos que se supone van a seguir estudiando, ya sea bachillerato, ya sea un ciclo formativo de grado medio. El resto, en torno a un 30% de los alumnos de secundaria, no consigue siquiera aprobar. La mención al 6 no es gratuita: a partir del curso 2012-2013, el que empieza el próximo septiembre, quienes no alcancen esta puntuación no podrán optar a una beca para cursar estudios posobligatorios por mucho que la situación económica de sus familias los haga merecedores de ella, según los planes ya adelantados por el Ministerio de Educación, que dirige José Ignacio Wert.

Este aumento de un punto de la nota mínima para obtener una de las denominadas becas compensatorias (de las que este año se han beneficiado 6.330 jóvenes) supondrá, según laconsellera d'Ensenyament, Irene Rigau, un recorte de unos 10 millones de euros respecto al importe que este curso se ha repartido entre los alumnos de la posobligatoria en Catalunya, unos 32,5 millones de euros en total. Algunas estimaciones del sector hablan incluso de un tijeretazo de casi 11,5 millones.

Pero más que los millones de euros que dejará de gestionar la Generalitat, lo que realmente preocupa a padres, docentes, sindicatos y a la propia Administración catalana es justamente ese 50% de chavales que no llegan a la media de 6. Muchos de ellos, advierten, se encaminan luego hacia la formación profesional (FP), que será, en consecuencia, la más castigada por las nuevas limitaciones de becas.

FRACTURA SOCIAL / «La línea que está adoptando el Gobierno es francamente peligrosa», lamenta Daniel Juan, director del centro que la Fundació Adsis, que trabaja con jóvenes en riesgo de exclusión, tiene en el barrio barcelonés de El Carmel. «¿Qué significa esta medida? ¿Que si un chico tiene dinero seguirá estudiando, aunque su nota de secundaria sea un 5, mientras que un joven sin recursos, con la misma nota, no podrá seguir formándose?», preguntó Juan, coautor de un reciente informe sobre el fracaso escolar promovido por la Federació d'Entitats d'Atenció i d'Educació a la Infància i l' Adolescència (Fedaia).

«Es un atentado más contra el futuro de la juventud y causará la exclusión de los más desfavorecidos», denunció un portavoz del Sindicato de Estudiantes. Pero tampoco esta organización ni la Confederación Española de Padres de Alumnos (CEAPA) tienen datos ni se atreven a calcular el número de alumnos que se verán afectados en toda España y se quedarán sin beca. Temen que serán numerosos porque muchos la estaban consiguiendo «con un 5 raspado» y, sobre todo, que afectará a las familias con menos recursos.

EN PLENA EVALUACIÓN / En esta semana de notas de final de curso (las notificaciones se harán entre este viernes y la semana próxima, según los centros), los evaluadores están teniendo también en cuenta las nuevas circunstancias. Algunos, no obstante, aseguraban ayer desconocer aún las intenciones del ministerio y, por eso, la Conselleria d'Ensenyament ha colocado un aviso en la página web institucional a la que se conectan todos los centros educativos catalanes. En él se recuerda cuáles son los planes del Gobierno central y se incide en el alto coste que pueden acabar pagando los alumnos que no lleguen a ese umbral mínimo del 6.

La nota de Ensenyament no lo dice de forma explícita, por supuesto, pero a nadie se le escapa que las juntas de evaluación -buenas conocedoras de la situación familiar de cada estudiante y de sus posibilidades para seguir adelante con sus estudios- están teniendo en cuenta que unas décimas más o menos pueden redondear el promedio final. «Los chicos que se esfuerzan, no merecen quedarse en el camino por este cambio de criterio», denunció el responsable de Adsis.