CIENCIA

El simulacro de misión a Marte prepara la llegada al planeta rojo

Los voluntarios Diego Urbina (izquierda) y Romain Charles entrenan y preparan experimentos en Mars 500.

Los voluntarios Diego Urbina (izquierda) y Romain Charles entrenan y preparan experimentos en Mars 500.

MICHELE CATANZARO

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Los participantes en la primera simulación completa de un viaje a Marte pondrán pie en una reproducción del planeta rojo el próximo día 14. Tras más de ocho meses de aislamiento en una nave espacial emplazada en Moscú, tres participantes en el experimento Mars 500 se ataviarán con trajes presurizados y saldrán a una amplia habitación que simula la superficie del planeta. La simulación no se acaba aquí: aún les espera el viaje de vuelta, que se acabará el 5 de noviembre. La duración total del ensayo es de 520 días, el tiempo mínimo que duraría una misión real.

La Agencia Espacial Europea (ESA) ha contribuido con una tercera parte a los 10 millones de dólares invertidos en el experimento, mientras que el resto procede del ruso Instituto de Problemas Biomédicos (IBMP). El año pasado, Obama congeló los proyectos de la NASA para volver a la Luna y aplazó hasta una fecha sin determinar el viaje a Marte. «Por el contrario, yo sigo creyendo en los viajes tripulados», asegura Simonetta Di Pippo, directora de los programas de vuelos tripulados de la ESA.

REALISMO / Seis voluntarios fueron encerrados el 3 de junio del 2010 en un conjunto de cápsulas que reproducen los estrechos espacios de una nave espacial. Los voluntarios viven como astronautas de verdad: con comidas racionadas, una ducha por semana, ejercicios físicos y experimentos para llevar a cabo. Toda comunicación lleva una demora de hasta 40 minutos en ir y volver, como pasaría si estuviera en Marte. Las únicas diferencias son la presencia de gravedad y la ausencia de la radiación presente en el espacio.

El objetivo del experimento es estudiar las reacciones psicológicas y físicas de los voluntarios en un entorno tan insólito. A través de cuestionarios, grabaciones y medidas médicas, los científicos pretenden estudiar qué relaciones surgen en la tripulación, los efectos del confinamiento en el corazón y en el sistema inmune, qué dietas mejoran el humor y qué bacterias pueden aparecer, entre otras cuestiones.

«Escribo un montón de mensajes a mi familia», explica el voluntario francés Romain Charles en el diario de la misión. Respecto a la abstinencia sexual durante casi un año y medio, el italocolombiano Diego Urbina escribe: «No es nuevo que los exploradores observen abstinencia durante años [...] Saber que no durará para siempre ayuda». Cartas, dibujos y otros objetos de los seres queridos dan un poco de alivio. Algunos DVD de ciencia ficción añaden épica: «Vimos 2001: una odisea en el espacio y pude sentir de verdad la soledad [...] de los dos protagonistas», añade.

El experimento prevé situaciones extremas, como largos cortes de electricidad, para que los voluntarios ensayen los protocolos de emergencia. Sin embargo, si se produjera una situación de peligro, si alguien enfermara gravemente o uno de los tripulantes quisiera salir, se interrumpiría el experimento.

Al llegar a Marte, los voluntarios tendrán que reproducir maniobras que ensayaron hace meses, utilizar correctamente sus trajes e incluso operar un robot por control remoto. Así, los científicos comprobarán que la tripulación recuerda los protocolos y que estos son correctos.

¿El viaje a Marte se quedará en algo más que una simulación? «Aún no hay proyectos aprobados que cojan el testimonio de Mars 500», afirma Jennifer Ngoanh, coordinadora del proyecto. «Pero tenemos diversos estudios tecnológicos en marcha», apunta Di Pippo. Según ella, todo depende de que se genere una voluntad fuerte por parte de un conjunto de países, ya que ninguno podrá conseguirlo por sí solo.

VUELO HUMANO / «Limitarse a enviar robots no es suficiente -observa Di Pippo-. La autonomía de decisión de los humanos es insustituible cuando cualquier señal tarda 40 minutos en ir y volver». Según Di Pippo, el esfuerzo merece la pena. «Todas las tecnologías espaciales explotadas hasta ahora -desde la meteorología hasta el GPS- ya han dado sus principales frutos tecnológicos: el vuelo espacial humano es la única que puede generar tecnologías completamente innovadoras», concluye.