Gente corriente

Pau Ubach: "A los 7 años hallé el tesoro enterrado de la parroquia"

Este cerrajero jubilado ha excavado 240 cuevas megalíticas. Una de ellas lleva su nombre.

«A los 7 años hallé el tesoro enterrado de la parroquia»_MEDIA_1

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GEMMA TRAMULLAS

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Nuestros antepasados escogieron los parajes más espectaculares del parque de la Serralada Litoral como escenario para el descanso eterno. Gracias a grupos de arqueólogos aficionados como el de Vilassar de Dalt, fundado por Pau Ubach en 1945 y más tarde inscrito en la Comisaría de Excavaciones, se conservan monumentos de hace 2.500 años como el dolmen de Can Boquet (popularmente, la Roca d'en Toni), que la Generalitat acaba de declarar bien cultural de interés nacional. Aquí arranca una mágica ruta megalítica que tiene como decorado de fondo el Mediterráneo y Montserrat.

-Usted tiene un don para la arqueología.

-A veces me pasan cosas por casualidad que parece que respondan a un plan. A los 7 años estaba leyendo un libro sobre las pirámides de Egipto y confundí una glorieta que había en el pueblo con una pirámide. Estaba convencido de que si excavaba bajo la glorieta encontraría algo.

-¡A los 7 años! Eso sí es precocidad.

-Mis amigos jugaban con soldaditos de plomo y yo me puse a excavar tal como decía el libro, no haciendo un agujero, sino rebajando el terreno progresivamente con una escoba. En seguida empezaron a salir relucientes objetos de plata y bañados en oro. ¡Con 7 años descubrí el tesoro de la parroquia que habían enterrado a causa de la guerra!

-Fue el primero de muchos hallazgos.

-Siempre que podía iba a la montaña y un día vi una cavidad formada por un amontonamiento de rocas graníticas en forma de bola. Era como un dolmen creado de forma natural y por curiosidad me puse a excavar. Encontré una punta de saeta, cuchillos, un hacha, una vasija y placas funerarias. Tenía 18 años y fui el primero en descubrir este sistema de enterramiento, por eso el barón de Esponellà bautizó el lugar como la Cova d'en Pau. Ahora se conocen 12 cuevas.

-La suya, la de la Granota y el dolmen conocido como La Roca d'en Toni [foto], son las estrellas de esta ruta megalítica.

-La ruta arranca en el dolmen, que aun siendo pequeño es uno de los más bonitos de la comarca. Cuando llegamos con el Grupo Arqueológico  ya lo habían excavado tres veces. La carretera pasaba tan cerca que aprovechaban el dolmen para carga y descarga y como aparcamiento. Pedí que construyeran un muro para protegerlo.

-Sin su trabajo desinteresado gran parte de este patrimonio se hubiera perdido.

-Éramos gente que conocíamos el terreno; lo recorríamos, lo vigilábamos y lo protegíamos. Cerca de aquí había un impresionante amontonamiento granítico de 5 metros de altura y 15 de longitud que fue pasto de los picapedreros, que lo convirtieron en adoquines. Conseguí que pararan los trabajos y se logró proteger una parte que ahora se conoce como el Castillo de Piedra. Vamos, se lo mostraré.

-[Tras un bosque de pinos y encinas emerge una impresionante fortaleza natural de rocas] ¡Esto es mágico!

-No hay nada igual en toda la comarca. Durante una temporada incluso venía aquí a reunirse un grupo que creía en brujas.

-Con el Grupo Arqueológico también ha restaurado iglesias, poblados ibéricos y romanos, halló el tesoro de las monedas del siglo XI de Òrrius... 

-Lo hacía forzado por la necesidad de proteger el patrimonio, pero lo que me gusta es el megalítico. ¿No me dirá que estas piedras no tienen algo de misterioso? Es nuestro pasado y conocerlo nos enriquece.

-¿A sus 85 años no ha dejado de excavar?

-No. En 1956 clausuraron la Comisaría de Excavaciones por orden gubernativa; nos acusaban de ser separatistas y de izquierdas. Luego llegó la Generalitat y pasamos de ser los rojos a ser los fascistas que habíamos colaborado con el régimen. Pero yo siempre seguí excavando a escondidas.