Documento papal sobre las famílias

El Papa abre la puerta de la Iglesia a los divorciados vueltos a casar y a las parejas de hecho

papa Francisco

papa Francisco / periodico

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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El papa Francisco pide a las iglesias que realicen un discernimiento especial en algunas situaciones "irregulares" -divorciados vueltos a casar, matrimonios civiles, parejas que conviven antes de pasar por el altar- porque "no todos están en pecado mortal". Así lo indica en su nueva exhortación sobre la familia 'Amoris laetitia' ('La alegría del amor'), de la que, no obstante, advierte que no puede esperarse una nueva normativa canónica. En palabras del Pontífice, la Iglesia "no debe renunciar de ninguna manera a proponer el pleno ideal del matrimonio", pero al mismo tiempo "nadie puede ser condenado para siempre, sea cual sea la situación en la que se encuentre, porque esta no es la lógica del Evangelio". 

El documento expresa la opinión de Jorge Bergoglio acerca de las familias actuales, incluidas las consideradas irregulares desde la óptica católica, y cabe considerarlo su mediación entre las posturas enfrentadas que expusieron cardenales y obispos de todo el mundo en el Sínodo de la Familia durante el 2014 y el 2015. 

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El matrimonio católico del que escribe el Papa sigue siendo entre un hombre y una mujer, que deciden "responsablemente" sobre la procreación de un hijo. Además el Obispo de Roma concluye que las bodas homosexuales no son católicas y rechaza la teoría 'gender' (género) de que la identidad sexual la deciden los individuos, independientemente de si anatómicamente nacieron varones o hembras. Sin embargo, y a pesar de las apariencias, se trata del documento más abierto jamás salido del Vaticano sobre las familias, en el que se nota que el Papa ha dado un pequeño puñetazo sobre la mesa contra la "rigidez de la doctrina".  

Integración, discernimiento y acompañamiento son las tres palabras más repetidas por el Papa para referirse a los divorciados que han vuelto a casarse, a las convivencias sin matrimonio, a las madres solteras y a los homosexuales. Pese a descartar de plano que las bodas gais "puedan ser simplemente equiparadas al matrimonio", Bergoglio reclama "respeto" hacia los homosexuales. 

Sobre los divorciados que se han vuelto a casar el documento explica que "no están excomulgados" y que para su reincorporación a la comunidad católica "existen prohibiciones que pueden ser superadas", aunque no como regla general, sino decidiendo caso por caso, lo que deberán hacer los confesores y los obispos diocesanos.

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Para ello las diócesis deberán dotarse de equipos de personas expertas, con el objetivo de evitar lo que el Papa llama "una pastoral de los fracasos", en beneficio de un "esfuerzo pastoral para consolidar matrimonios y así prevenir rupturas". Además de caso por caso, se tratará de un proceso de reconciliación que irá por pasos graduales, aunque el fundamento es que, como subraya el Papa, "un pastor no debe sentirse satisfecho solo aplicando leyes morales a quienes viven irregularmente". Hacia las uniones de hecho utiliza palabras de comprensión nunaca antes oídas en el Vaticano. 

El Papa condena el aborto, la eutanasia, el machismo, la violencia contra las mujeres, el alquiler de úteros y la trata de personas.

El texto no cambia las normas católicas, pero señala una manera distinta de interpretarlas, lo que constituye la principal novedad. "Deseo subrayar que no todas las discusiones doctrinales, morales o pastorales [prácticas] deben ser resueltas con intervenciones del magisterio [del Papa]", escribe Bergolio, subrayando que "en la Iglesia es necesaria una unidad de doctrina y de práctica", pero que "esto no impide que existan diferentes maneras de interpretar algunos aspectos de la doctrina o algunas consecuencias que de ella derivan". 

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