La ONU lanza un SOS desesperado para frenar el cambio climático

«Sin exagerar, el futuro de nuestro planeta está en juego». Así, con esta advertencia tan repetida pero tan poco acatada, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se dirigió ayer a las 194 delegaciones presentes al inaugurar el tramo ministerial de la 17º cumbre de la ONU sobre cambio climático, en Durban (Sudáfrica). Ban exhortó a los países industrializados a renovar el protocolo de Kioto y pidió también a las potencias emergentes que avancen en la misma línea, aunque, como asumió con crudo realismo, «el objetivo de un acuerdo vinculante pueda estar ahora fuera de nuestro alcance».

Ban insistió: «Vosotros nos podéis sacar del borde del precipicio. El mundo no pueden aceptar un no como respuesta». Y entonces relató con emoción: «En los Andes, en los Alpes, he visto glaciares derritiéndose. En los polos he visto mar abierto donde el hielo dominaba el horizonte. He visto tierras áridas donde una vez hubo ríos y grandes lagos...»

Como siempre, el eje de las negociaciones atañe a las acciones que deben emprender los dos principales emisores de gases de efecto invernadero: China, que no tiene ninguna obligación según el texto aprobado en Kioto en 1997, y EEUU, que nunca ha ratificado el tratado. Entre ambos, suman casi la mitad de las emisiones mundiales (24% y 21%).

La UE y los restantes industrializados que apoyan sus propuestas (Australia, Nueva Zelanda, Noruega y Suiza) no están dispuestos a avanzar más allá de compromisos voluntarios si no consiguen un acuerdo equiparable por parte de EEUU y China. Japón, Rusia y Canadá, finalmente, ya han manifestado que no ratificarán un Kioto 2.

A PARTIR DEL 2020... / El enviado especial de EEUU, Todd Stern, consideró ayer que la posición china seguía igual que siempre. El lunes, el delegado Xie Zhenghua indicó que su país podría aceptar un acuerdo legalmente vinculante (con obligaciones) si se acuerda una segunda fase de Kioto y un «principio de responsabilidad con exigencias diferenciadas», pero siempre después del 2020.

Pese al empeño de las coloristas oenegés, que han puesto de moda en Durban las camisetas y los pósteres con el lemaI love KP(Kyoto Protocol), el panorama es desolador.