"¡Odio a Luisa!"

En las aulas 8 Alumnos de ESO en un instituto.

En las aulas 8 Alumnos de ESO en un instituto.

TONI SUST

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La contradicción es evidente. La sociedad, la familia y hasta la policía reclaman a niños y adolescentes que sean prudentes y cautelosos cuando participen en las redes sociales. Pero a lo que las redes sociales invitan es a lo contrario: a destacar, a llamar la atención, a tener cada vez más amigos o seguidores. Los consejos son repetidos a menudo y a Marta (que no se llama Marta: no hay nombres reales en este texto para proteger la identidad de los citados, todos menores) y a sus amigas los profesores les dejaron bien claro que si algo no debían compartir entre sí son las contraseñas de sus correos electrónicos.

A veces, o muy a menudo, decirle a un adolescente lo que debe hacer tiene el efecto contrario. Así que Marta y sus amigas, qué caray, compartieron esas claves. Menos de 24 horas después Marta recibió un e-mailextraño de una amiga. Alguien, desde su dirección, había escrito al resto de las chicas:«Les decía que yo no quería hablar nunca más con ellas y que si volvían a hablarme, morirían».No tardó en descubrirse quién era la responsable y el asunto se zanjó con unas disculpas, un patrón común.

El desenlace fue similar en el colegio de Miquel. Alguien robó un ordenador portátil, y con este, el acceso a espacios privados. El ladrón tomó las riendas de la cuenta de Facebook de la víctima. El director logró recuperar la máquina. Nunca trascendió la identidad del ladrón.

Cuentas suplantadas

Facebook es campo abonado para que niños y adolescentes sofistiquen los ataques a compañeros. En un centro, un chico vio como alguien creaba una cuenta con su nombre y se ponía a enviar mensajes. Sus amigos sospecharon de otro alumno, así que crearon otra cuenta a nombre de este.

A veces las cosas se complican. A un amigo de Martín le pegaron: un compañero de escuela le reprochaba los insultos recibidos en Facebook. El amigo de Martín no tenía cuenta en Facebook, pero alguien la creó suplantándole. El insultado le pegó, y además le cayó una bronca de su madre, que le tenía prohibido participar en la red social. Al final demostró que no merecía ni la reprimenda ni los coscorrones. Algo tarde, eso sí. También en Facebook, Margarita creó un día un grupo, ¡Odio a Luisa!.Y lo dio a conocer a todos, Luisa incluida.

'Webcams' hacia la pared

Desde el 2008 existe un programa de los Mossos d'Esquadra que, bajo la denominaciónInternet segura,se propone evitar que las nuevas tecnologías sirvan para poner en problemas a menores, por ataques de gente de su misma edad o adultos. Xavier Yuste, jefe del grupo central de proximidad y relaciones con la comunidad de los Mossos, explica que acuden a dar charlas para alumnos de primaria, de la ESO y a padres y educadores.

Se recomienda que el ordenador esté en una zona común de la casa y alertar a los menores de los riesgos, como el de que alguien logre el control remoto de su webcam: de noche, mejor enfocarla a una pared.«Lo óptimo es que padres e hijos naveguen juntos»,dice Yuste.