Afronta 40 años de prisión
Se fugó a República Dominicana tras matar a dos hombres en su pub de Fuenlabrada: 22 años después se sienta en el banquillo
Los cuerpos de sus víctimas, vecinos de la localidad madrileña, aparecieron tres semanas después en Toledo envueltos en bolsas de plástico
El presunto asesino, fugado desde entonces, fue cazado en 2021, fecha en la que se firmó su extradición a España

Richard Wilson se fugó tras los asesinatos en 2002, fue cazado y extraditado en 2021. / SUCESOS
Tamara Morillo
Tamara MorilloPeriodista
"La Guardia Civil investiga el hallazgo de dos cuerpos". La noticia conmocionaba Yeles (Toledo) hace casi 20 años. Una bolsa de plástico de gran tamaño, industrial, un brazo que sobresale de ella, y un vecino que paseaba junto a un arroyo no demasiado lleno, el Guatén. Era 2 de octubre de 2002.
La Guardia Civil investiga sobre el terreno. No hay pistas. Las víctimas, irreconocibles al inicio, eran dos hombres de Fuenlabrada (Madrid): Miguel Ángel Cuenca, al que se le conocía como 'Gorin' y José Manuel Torres, al que llamaban 'Jaro'. El autor, cercado por los investigadores tras una ardua investigación, era el dueño de un local de la misma localidad de los fallecidos. Cuando intentan darle caza ya no está. Se ha fugado a República Dominicana, su país.
Durante 19 años lo logró, consiguió escapar. En 2021, localizado, se aprobó su extradición a España. Regresó e ingresó de forma directa en la cárcel madirleña de Valdemoro. No ha salido desde entonces. Lo hará este viernes para sentarse en el banquillo de la Audiencia de Madrid: se enfrenta a 40 años de prisión.

El 19 de noviembre de 2021, el presidente de la República Dominicana, Abinader, firmó la extradición a España. / EPE
Octubre de 2002: los cuerpos
Un vecino de Yeles sale a pasear. La ruta, más que conocida, muy transitada, transcurre por las orillas del arroyo de Guatén. El caudal es escaso, por eso este vecino no tiene dificultad en descubrir el hallazgo: "una bolsa de plástico de grandes dimensiones" y algo que parece sobresalir. Se acerca, es el brazo de una persona.
El vecino alerta a la Guardia Civil. Los agentes, en el sitio, activan también a los bomberos de Toledo. El hallazgo sumaría un cuerpo más. Uno de ellos, el primero, el que estaba envuelto en una bolsa de plástico, el otro se encontraba totalmente descubierto, próximo a él. Parecen dos hombres de mediana edad. Están irreconocibles, imposible, a priori, identificarlos. Intuyen que ha pasado algo de tiempo desde que los arrojaron ahí. Hay una posible pista: uno de ellos lleva una camiseta en la que puede leerse el nombre de un municipio de Madrid: Fuenlabrada.
No hay duda de que es un asesinato. Ambos cuerpos presentan heridas de arma blanca, también de bala. La investigación pasa a manos de la Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Toledo. No se descarta ninguna hipótesis: ¿un ajuste cuentas? La muerte es violenta, es la única certeza al empezar.
Una reyerta dos semanas atrás
Unos 25 kilómetros separan Yeles (Toledo) de Fuenlabrada. Tal y como auguró la camiseta de una de las víctimas, todo ocurrió en el municipio de Madrid. Investigadores y forenses lograron identificar a los dos fallecidos: uno de ellos se llamaba Miguel Ángel y era conocido como 'Gorin'; el otro, de nombre Jesús Manuel, respondía al alias de 'Jaro'. Tenían 31 y 34 años. Ambos, muy conocidos en el mundo de la noche de Fuenlabrada.
Lo que sigue lo completa la Fiscalía en el escrito de acusación, al que ha accedido el canal de investigación y sucesos de este grupo editorial, de cara al juicio -con jurado popular- que arranca este viernes en la Audiencia Provincial de Madrid: "Gorin y Jaro fueron tiroteados en el interior del club nocturno 'Anaísa', situado en la avenida de las Naciones de Fuenlabrada". Murieron en el acto, en el mismo pub, unas semanas antes de ser hallados. Fue tras una discusión y de un "disparo directo" que provocó a ambos "la muerte instantánea", describe el fiscal. Quisieron ocultar sus cuerpos. No funcionó.
"Mientras tomaban unas consumiciones, mantuvieron una discusión con el acusado en el transcurso de la cual este sacó un arma de fuego del calibre 44, de características y marca desconocida, y disparó"
"Entre las 17:30 y las 18:00 horas del día 18 de septiembre de 2002, aproximadamente, Jaro y Gorin, acudieron al Pub Anaisa", reconstruye el fiscal. "Una vez en el interior del establecimiento, mientras tomaban unas consumiciones, mantuvieron una discusión con el acusado en el transcurso de la cual, Richard Wilson", de origen dominicano y dueño del local, "con ánimo de acabar con la vida de ambos, de forma sorpresiva y privándoles de toda posibilidad de defensa, sacó un arma de fuego del calibre 44, de características y marca desconocida, disparando tanto a Gorin como a Jaro, a una distancia aproximada de metro o metro y medio, provocando a ambos la muerte instantánea".
El forense certificó que la causa de la muerte fue "la fractura de la base del cráneo y el neumotórax que les fueron ocasionados por las heridas de bala". Durante dos semanas hubo silencio. Nada parecia haber ocurrido en ese local.
Bolsa y fuga
Los autores del crimen limpiaron la escena y pensaron a conciencia dónde deshacerse de los cadáveres. Eligieron Yeles y un arroyo a 25 kilómetros del pub, el Guatén. Hubo tres arrestos, pero el verdadero culpable, según la policía, Richard Wilson, no estaba, huyó. Los detenidos, quizá cómplices, estuvieron presente en el local, considera también el fiscal. "Se busca a Richard Wilson", dominicano, 33 años, regente del pub Anaisa. Sin datos, sin localizar, el fugitivo había puesto tierra de por medio. Durante 19 años estuvo fugado. Fue localizado en República Dominicana, extraditado en 2022, desde su país natal.
"Se dispone la entrega al Reino de España del ciudadano dominicano Richard Wilson Torres", firma Luis Abinader, presidente del citado país, en el Decreto de Extradición al que ha podido acceder este medio.
En enero de 2022 llegó directo a la cárcel de Valdemoro, de la que no ha salido hasta ahora. Lo hará este viernes, trasladado en un furgón de la Guardia Civil y custodiado por los pasillos de la Audiencia Provincial de Madrid, engrilletado, por la Policía Nacional.
El tiempo puede jugar en contra de la memoria de los testigos. La forense que firmó los informes de las autopsias ha fallecido. Han transcurrido 22 años desde aquel 18 de septiembre en el que murieron asesinados Jaro y Gorín. Han tenido que pasar más de dos décadas para que su presunto asesino, Richard Wilson, sea juzgado. Se enfrenta a 40 años de prisión.
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