El misterioso crimen de la desconocida de Masquefa

crimen masquefa

crimen masquefa / periodico

GUILLEM SÀNCHEZ / MASQUEFA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Rosario (nombre falso a petición de la familia) se instaló en el segundo piso de una casa adosada de la calle de Concepció de Masquefa (Anoia) hace casi dos meses. Sus padres son de una localidad del Vallès y ella no era conocida en ese municipio. En los bares del pueblo nadie sabe todavía quién era la mujer den 37 años que apareció asesinada el lunes por la mañana. Solo las vecinas de su calle, conocida popularmente como “el carrer del Forn”, la recuerdan. A dos de ellas les había pedido dinero, “15 euros” y “20 euros”, aclaran. No tuvo tiempo de devolvérselo.

Con una de estas vecinas, Rosario intimó algo más, e incluso le dejó una copia de las llaves de su domicilio. De este modo los padres de Rosario pudieron acceder a la casa de su hija cuando la echaron en falta. Este lunes estaban preocupados porque un desconocido les devolvió el teléfono móvil de Rosario que, al parecer, había encontrado en la estación de tren de Igualada.

El padre lo recogió y, junto a su mujer, se dirigieron a Masquefa para entregárselo a su hija. No abría la puerta y le dejaron una nota cazada con el parabrisas de su coche: "Sóc el papa, truca’m si veus aquesta nota, si su plau”. Antes de irse, recordaron que la hija les había dicho que había una vecina que tenía una copia de las llaves. 

“LO SABÍA, LO SABÍA”

Cuando el padre entró en el domicilio, lo que encontró fue el cadáver de su hija dentro de la bañera. Tenía los ojos abiertos y las manos moradas y alzadas en un gesto que parecía emular un intento de asir algo. Lo que el hombre no tuvo tiempo de discernir fue que a la mujer le habían cortado las falanges, tal como avanzó el diario 'Ara'. La madre requirió asistencia médica porque sufrió un ataque de ansiedad. El padre necesitó golpear las paredes mientras gritaba “¡hijo de puta!¡lo sabía!”. Hacía meses que temía que "las malas compañías" que ahora mantenía su hija la condujeran hasta este desenlace. 

Los Mossos d’Esquadra no descartan ninguna de las dos principales hipótesis que podrían explicar este asesinato: que se trate de un asunto de drogas -porqué en el interior de la casa había plantas de marihuana y el dinero que pedía Rosario podría ser para consumir- o de un crimen machista.

Rosario tenía miedo y, según fuentes vecinales, era de su antiguo novio y de la familia de este. Por eso había pedido ayuda para modificar la cerradura de su puerta -quería impedir que se abriera con la misma llave que también tenía su expareja- y nunca se iba a dormir sin pasar el seguro con el que contaba la puerta principal del piso de alquiler. El lunes por la mañana su padre pudo entrar porque ese cerrojo no estaba echado.  

HOMBRE ENCAPUCHADO

La última vez que una vecina vio con vida a Rosario fue el domingo, sobre el mediodía. Iba en coche y llevaba en el asiento del copiloto a un hombre con un jersey gris que se cubría la cara con una capucha. “Ella parecía estar muy seria”, explica.

Los investigadores de Manresa se han hecho cargo de un caso que se instruye desde Martorell y está bajo secreto de sumario. Este martes por la mañana, mientras se practicaba la autopsia al cuerpo de Rosario, la policía científica seguía peinando el domicilio. 

El Ayuntamiento de Masquefa ha decretado un día de duelo, aunque aún desconoce si debe condenar o no un crimen machista.