PLENO MONOGRÁFICO EN EL PARLAMENT SOBRE LA POBREZA

Pobres excusas contra la pobreza

Artur Mas, en su intervención en el pleno sobre la pobreza, este miércoles.

Artur Mas, en su intervención en el pleno sobre la pobreza, este miércoles. / periodico

TONI SUST / FIDEL MASREAL / Barcelona

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La culpa es de Madrid y del tripartito, y tener un Estado propio sería la vía para lograr un mayor bienestar y acabar con la dificultad. Estas han sido las ideas clave expuestas este miércoles por el 'president', Artur Mas, en el Parlament, donde la clase política no ha hecho demasiado caso a las entidades sociales.

El pleno monográfico sobre la pobreza ha mantenido el tono de confrontación previsto y habitual en el hemiciclo. Todos se han sacudido las culpas, o han encontrado culpables ajenos, o ambas cosas.

Y el primero ha sido Mas, que ha convertido el pleno sobre la pobreza en el pleno sobre lo que su Gobierno hace contra ella: "Es probable que la población no lo conozca". Con ese propósito, el de dar cuenta de lo hecho en lugar de hablar de lo que se hará o lo que falta hacer, ha dado paso a seis 'consellers', que han subido a la tribuna a citar inversiones autonómicas e incumplimientos estatales.

Cultura de subsidio

Mas ha dejado para sus subordinados el discurso de que no hay que fomentar la cultura del subsidio y otros similares que rechazan de plano la posibilidad de elevar el presupuesto en un solo euro.

Él se ha mantenido en la denuncia de que los porcentajes de riesgo de pobreza eran similares durante periodos de crecimiento y en la crisis, un argumento que los expertos en pobreza rechazan también de plano. Porque ese porcentaje se calcula para cada año y no se puede comparar, y porque los indicadores de renta dan una imagen parcial y limitada de la situación.

Entonces han salido los 'consellers'. Por este orden: Neus Munté (Benestar), Felip Puig (Empresa i Ocupació), Germà Gordó (Justícia), Santi Vila (Territori), Boi Ruiz (Salut) e Irene Rigau (Ensenyament). Y todos han cumplido el encargo de Mas: dar cifras de lo gastado y también de lo recortado por el Gobierno central. Subrayar que el porcentaje del presupuesto de la Generalitat dedicado a política social ha subido, sin precisar que eso es así porque el conjunto del gasto ha bajado. Los dardos a la oposición han ido creciendo.

Indignación por las becas comedor

La última en intervenir, Rigau, se ha indignado con ICV-EUiA a cuenta de las becas de comedor y entonces, apenas transcurridas dos horas del pleno especial sobre la pobreza, ya ha parecido un encuentro ordinario en el Parlament.

La oposición ha denunciado la dejación de funciones del Govern. Por el PSC lo han hecho su líder, Pere Navarro, y, con más conocimiento, Eva Granados, quien ha acusado al Ejecutivo catalán de no aportar ninguna idea de futuro.

Por ICV, Joan Herrera, blanco principal de los ataques de CiU, quien ha querido recordar varias de las intervenciones de las entidades sociales que el lunes participaron en un acto convocado por socialistas, ecosocialistas y la CUP.

Por ERC ha intervenido Oriol Amorós, que ha llamado a pasar "de un Estado enfermero a otro inversor", una petición defendida por el llamado tercer sector.

"Destrucción" del Estado del bienestar

Por la CUP, David Fernández ha sido rotundo: "La pobreza es la violencia estructural del sistema". Rafa López (PP) ha citado Ítaca para acusar al Govern de envolverse en la estelada y obviar la política social. Albert Rivera, de Ciutadans, ha dicho algo similar: "Con una mano quieren construir un Estado y con la otra destruir el Estado del bienestar".

A falta de las propuestas de resolución, el pleno sobre la pobreza ha sabido a poco. Y eso no ha sorprendido.

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