Manifestación contra el tijeretazo

Los indignados 'resurgen' hoy con una marcha contra los presupuestos

Unos indignados escenifican un desahucio, ayer en el barrio de Gràcia.

Unos indignados escenifican un desahucio, ayer en el barrio de Gràcia.

ANTONIO MADRIDEJOS
BARCELONA

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No están muertos ni desa-parecidos. Si su lucha es ahora menos visible es simplemente, según afirman, porque han dejado las grandes plazas y se han trasladado a los barrios, al tejido social. «Vamos poco a poco porque vamos lejos», resume Martí Olivella, miembro de la plataforma de indignados de Barcelona. Hoy por la tarde, el movimiento surgido del 15-M vuelve a la acción (pacífica) en el centro de la ciudad con una manifestación de protesta contra los presupuestos de la Generalitat del 2011. «Es difícil repetir el éxito de la convocatoria anterior, pero lo esencial es que no se olviden de nuestras quejas», añade Olivella.

La marcha, convocada bajo el lemaParemos los recortes,discurrirá a partir de las siete de la tarde entre la plaza de Catalunya y el Parlament, pasando por lugares «simbólicos» como la Bolsa y la sede de Foment del Treball. Y al concluir el acto se celebrará una asamblea nocturna para debatir futuras acciones.

VACACIONES DE VERANO / Tratándose de mediados de julio no se espera la masiva participación de la convocatoria anterior. Tampoco ayuda mucho que la aprobación tanto de los Presupuestos como de las leyes ómnibus haya sido pactada de antemano. No hay vuelta atrás. «Nosotros no elegimos la fecha. Nuestra pretensión no es batir récords -insiste Jesús, otro miembro del movimiento-,

sino transmitir el malestar general. Y de manera siempre pacífica, como un acto festivo. Que quede claro».

Desde que el 30 de junio fueran desalojados los últimos acampados de la plaza de Catalunya, muchos de ellos sin vinculación con el núcleo original de la protesta, el movimiento del 15-M se ha ido transformando en una red descentralizada y no siempre bien cohesionada. Actualmente hay un centenar de delegaciones o asambleas de barrios (y pueblos) cuyos miembros se reúnen una o dos veces por semana para, esencialmente, organizar debates y actos de protesta local.

Jesús recuerda como ejemplo que en el último mes se ha colaborado para evitar sendos desahucios en Badalona y Santa Coloma de Gramenet. En algunos barrios barceloneses, como en Les Corts, se han organizado ciclos en los que profesores y especialistas imparten conferencias. En este sentido, Olivella destaca que, al margen de las acciones, se está planificando una universidad de verano alternativa que se celebraría a principios de septiembre y que servirá para construir «un corpus intelectual» del movimiento.

Ahora bien, nada une a los indignados como su lucha contra los Presupuestos de la Generalitat y las leyes ómnibus. «Nos movilizamos como usuarios que temen perder prestaciones -explica un indignado que prefiere no ser citado por su nombre-. Salimos a la calle para que los políticos recuerden que hay mucha gente que no está de acuerdo con los recortes». Las nuevas políticas no han contribuido a mejorar la situación, lamenta Jesús: «Negar lo evidente es un ejercicio de poca responsabilidad social. Nos gustaría dejar de protestar porque eso significaría que la actitud está cambiando, pero todavía no es así».

PANCARTAS EN EMPRESAS / Ayer, grupos de indignados entraron en una empresa deratingfinanciero del centro de Barcelona y desplegaron varias pancartas, «aunque todo fue pacífico y hasta cordial», como dice uno de los participantes. La acción se repitió frente al edificio de la Bolsa en el paseo de Gràcia.

Mientras, la marcha de los indignados que salieron de Barcelona hacia Madrid -en pie o bicicleta- está a punto de llegar a su destino, donde coincidirá con protestas similares que partieron de otras ciudades. «Volveremos a hacer ruido», aventura otro indignado. «Del encuentro saldrán cosas», confía Olivella.