Ocio conflictivo

Lloret pide ayuda al Govern para combatir el turismo de borrachera

SEPTIEMBRE 3 Las mismas calles de Lloret fotografiadas anoche, cuando la temporada turística ya ha acabado.

SEPTIEMBRE 3 Las mismas calles de Lloret fotografiadas anoche, cuando la temporada turística ya ha acabado.

FERRAN COSCULLUELA
GIRONA

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El Ayuntamiento de Lloret de Mar (Selva) tiene claro el diagnóstico de los abusos que propiciaron los disturbios del pasado agosto, cuando centenares de jóvenes se enfrentaron a la policía y causaron destrozos en el mobiliario urbano. Otra cosa es que las medidas que pueden frenar los desmanes del turismo de borrachera sean fáciles de aplicar desde la autoridad local. Por eso, el ayuntamiento busca la complicidad de la Generalitat, ya que sin su ayuda es prácticamente imposible encauzar el problema. La unidad es otro factor decisivo, y eso parece estar resquebrajándose: el principal grupo de la oposición, el Moviment Indepedent de Lloret (Millor), considera que la confluencia de «intereses» entre el equipo del alcalde Romà Codina (CiU) y los empresarios del sector turístico dificultan una solución.

Tras los disturbios de agosto, el Millor pidió un pleno extraordinario para aprobar un plan de choque destinado a evitar que los alborotos volvieran a repetirse. El consenso de los partidos se truncó por un desacuerdo sobre el orden del día y los concejales del Millor abandonaron el plenario. La reunión sirvió, sin embargo, para que el equipo de gobierno (CiU y ERC) y el resto de los partidos (PSC, PP, ICV y un concejal no adscrito) aprobaran un plan que contempla la redacción de nuevas ordenanzas municipales en materia de vía pública y convivencia ciudadana que deben estar redactadas a finales de año.

PUBLICIDAD El nuevo redactado seguirá prohibiendo las rutas de ocio conocidas como «disco-tours»; vetará la publicidad de mano (flyers) y la oral de los locales de ocio en todo el término municipal; sancionará la prostitución y el consumo de alcohol en la vía pública (esto último ya se hacía) ; prohibirá las máquinas de vending en la vía pública (este verano han recogido toneladas de basura en la zona de ocio nocturno) y pernoctar en vehículos.

El ayuntamiento también quiere que se revise la escala de sanciones. Se reforzarán los controles para denunciar las acciones de promoción de bebidas alcohólicas (barra libre, 2 por 1 o tíquets de descuento), se intensificará las inspecciones a los establecimientos de ocio y restauración (cumplimiento de horarios y de las ordenanzas) y se estudiará, junto con los órganos de la Generalitat, «el adelanto del horario de cierre de las discotecas y salas de fiesta ubicadas en el término municipal».

MÁS POLICÍAS / Para llevar a cabo este plan de choque, el ayuntamiento ha creado una comisión de trabajo para controlar la aplicación de las medidas que se aprueben y estudiar la posibilidad de incrementar la plantilla policial mediante el nombramiento de agentes interinos durante el verano. En el acuerdo adoptado por el pleno también se hacen dos peticiones a la Generalitat: «Que inspeccione y sancione las actividades realizadas por las agencias de viaje y turoperadores que promocionan Lloret como destino turístico vinculado exclusivamente con la diversión descontrolada y el consumo de alcohol», y que realice el mismo control sobre los establecimientos hoteleros que contraten más plazas de lo que les permite su aforo.

Dos medidas consideradas imprescindibles por la mayoría de los grupos municipales si se quieren frenar los excesos. «En Lloret hay una decena de hoteles en los que se acumulan la mayoría de incidencias y que son los que se deben inspeccionar porque son los más problemáticos», reconoce el concejal de Turismo, Jordi Orobitg (ERC). Muchos de estos hoteles trabajan con precios reventados y no suelen tener reparos a la hora de poner más camas de las permitidas en las habitaciones.

TODO INCLUIDO / Otro problema que ha salido a relucir este verano es el aumento de la oferta de apartamentos turísticos, ya que la crisis ha llevado a muchas familiar a alquilar sus segundas residencias. «Si es difícil controlar la ocupación de los hoteles, más aún la de casas particulares», comenta Orobitg. El concejal de Turismo y el alcalde de Lloret se han reunido varias veces con la directora general de Turisme, Marian Muro, para tratar estos asuntos y para buscar soluciones al problema que también está causando la oferta del todo incluido, que este año ha aumentado en un 30%.

La mayoría de grupos municipales opinan que este régimen de alojamiento no deja de ser una barra libre encubierta y entre las medidas que proponen está la de suprimir las bebidas acohólicas de esta oferta.