Gente corriente

José Antonio Arroyos: "Ayudo a otros porque también me ayudan a mí"

Trabaja estampando ropa en Mas Albornà, pero en su cabeza está imitar al gran Dalí.

«Ayudo a otros porque también me ayudan a mí»_MEDIA_1

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MÒNICA TUDELA

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José Antonio Arroyos (Barcelona, 1955) es empleado de Mas Albornà, fundación que vela por la integración de personas con discapacidad intelectual y enfermedad mental en el Alt Penedès. Actualmente trabaja en la sección de serigrafía de la entidad, un puesto que le va como anillo al dedo por sus dotes creativas. Vive en Vilafranca del Penedès, en un piso tutelado, junto a más compañeros.

-¿Cómo es su día a día en el trabajo?

--En serigrafía y confección estamos cuatro personas: Elena, Montse, Rosa y yo. Las chicas cosen, Elena nos enseña y nos controla, y yo me dedico a la estampación de camisetas, ayudo a hacer fotolitos, plancho y corto ropa.  Hacemos camisetas, bolsas, forros polares, recuerdos y ropa para turistas.

-¿Le gusta su ocupación?

--Sí. Es un trabajo artístico y, además, hay que tener mucho tacto y una buena memoria porque cada tela y cada pintura son diferentes y deben tener un tratamiento distinto. Para mí es un trabajo de verdad y me obliga a estar muy atento.

-Empezó de cero. ¿Cómo aprendió?

--Elena me enseñó, pero yo tenía la ventaja de que había pintado cuadros y de que tenía conocimientos artísticos y eso me ayudó. Ya sabía hacer la mezcla de los colores, ver si el color está en su punto, entre otras cosas.

-Usted es uno de los más veteranos de la fundación. Llegó en 1992.

--Es verdad. Llevo muchos años. Cuando entré trabajé en actividades de imprenta, en dibujo y pintura y también en las empresas de algunos clientes como Bodegas Torres, Tres Griferías o Europack. Ahora incluso estoy en el comité de empresa de Mas Albornà. Pero antes había hecho de camarero, de pinche de cocina, de carpintero y también estuve en una imprenta.

-¿Es distinto trabajar bajo el paraguas de Mas Albornà que hacerlo fuera?

--Sí. Mas Albornà tiene la ventaja de que si lo haces mal no te echan. Te cambian de trabajo pero no te echan. En cambio, fuera tienes que ir más al tanto y es más duro. Es más difícil para el trabajador, tienes que cumplir unos requisitos estrictos, no despistarte y hacerlo todo siempre bien.

-Además, participa usted también en actividades solidarias y de voluntariado.

--Sí. Hice de voluntario en la carrera de Sant Fèlix, en la fiesta mayor de Vilafranca, ayudando a repartir agua. Y también colaboré en la recogida de alimentos del Gran Recapte. En Les Cabanyes también hice de diablo en las fiestas. Ayudo a otros porque también otros me ayudan a mí. El año pasado, por ejemplo, los voluntarios de La Caixa nos llevaron al Aquàrium de Barcelona. Y alguna vez nos han invitado al teatro en Vilafranca. Pues igual que ellos hacen con nosotros, yo colaboro en lo que puedo. Y de paso hago amistad y conozco gente.

-¿Qué aficiones tiene en su tiempo libre?

--Si le explico lo que sé de Photoshop, se quedaría impresionada. Mire estas fotos de aire surrealista y vivos colores. ¡Esta tiene casi 30 horas de trabajo!

-¿Cuándo nace su pasión por la imagen?

--Con Photoshop llevo casi seis años trabajando. ¡Al principio fue durísimo! Hay muchas herramientas y me volvía loco. Ahora busco conseguir un poco el estilo de Dalí pero siendo yo mismo, con técnica propia. Estoy trabajando en un cuadro que será muy original inspirado en el pintor. Primero me fijé en el trabajo de Dalí en libros y exposiciones, pero luego llegué a la escuela de artes y oficios y ahí aprendí de verdad, porque sin técnica el arte es como tocar música de oído. Hace falta tener técnica.

Además de imágenes digitales, Dayos --ese es su apodo artístico-- también hace cerámica y pintura. Esta Semana Santa dedicará algunas de sus horas libres a seguir trabajando en su cuadro inspirado en Dalí.