Una década de colapsos

Las quejas por la impuntualidad y las incidencias del servicio de Rodalies de Renfe son tan antiguas como la propia compañía, pero en la última década los usuarios han pasado de la mofa resignada a la airada indignación por unas carencias que no son propias de un estado moderno.

En Catalunya, la gota que colmó el vaso puede situarse a finales del 2007, cuando los socavones que produjeron las obras del AVE a su llegada a Barcelona inutilizaron durante más de un mes las líneas de Rodalies que llegaban desde el sur.

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Aquel incidente, que trastocó la vida de más de 100.000 usuarios, se produjo tras otras graves incidencias causadas por la rotura de catenarias, fue el detonante que llevó a entidades soberanistas como la Plataforma ple Dret de Decidir a convocar movilizaciones.

OBRAS DEL AVE Y HUELGAS DE MAQUINISTAS

En los meses posteriores se fueron sucediendo los incidentes, como la rutura de una catenaria en junio del 2008, que provocó un colapso circulatorio en cinco líneas. Pero  siguiente gran incordio llegó en marzo del 2010, cuando las obras del AVE y la construcción de la estación de la Sagrera-Meridiana obligaron a cortar durante seis meses tres líneas.

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Los usuarios también han sufrido numerosos percances debido a los conflictos laborales del personal de Renfe. En enero del 2011, una huelga de maquinistas causó cuatro días de retrasos, con demoras constantes que afectaron a más de 370.000 clientes. Un año y medio más tarde, otro episodio de paros encubiertos causó retrasos durante una semana.

Un maquinista fue, precisamente, el responsable de un choque entre dos trenes en la estación de Sants, en septiembre del 2013, que se saldó con 22 heridos leves y otro fiasco en la red. Renfe achacó el accidente a un error humano, pero la Conselleria de Territori denunció entonces que la colisión se hubiera podido evitar con más inversiones y un sistema de seguridad más moderno.

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EL 'CEREBRO' DE ADIF

El 2015 también fue un año de sonadas incidencias. El pasado 21 de mayo, un fallo en el ordenador con el que Adif gestiona la red de Rodalies y regionales detuvo a 200 trenes en hora punta. Una avería que arruinó el día a 80.000 usuarios y que se volvió a repetir posteriormente.

En septiembre, un convoy se quedó parado poco después de salir de la estación de Sants. La avería del tren se produjo en medio de un túnel y provocó retrasos que afectaron a tres líneas y unos 40.000 pasajeros.

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El último caos ocurrió el pasado mes de diciembre. Pero en este caso se debió a un robo de cable de cobre perpetrado en Santa Perpètua de Mogoda. La sustracción provocó incendios en varias subestaciones y afectó a varias líneas y a unos 60.000 viajeros durante más de un mes.